Tu afición es sentimiento.

Ya sé que mi clientela no es de este negociado...

De pelotas.

El arbitraje español en el deporte fútbol de Primera División es manifiestamente mejorable.

Lo diré de otro modo:

Los árbitros españoles son muy malos.

Habrá alguno bueno, pero no se sabe.

Por otra rama del asunto, decir que los comentaristas, tanto los titulares como los extras (suele haber entre dos y tres por partido), son sectarios y aburridos. O sea, malos de narices o zona genital.

Así, entre árbitros y comentaristas (extensible a lo más del supuesto periodismo deportivo que se dedica al fútbol), el deporte rey, en España, se está quedando para un arrastre sin vuelta al ruedo ni aplausos.

También está lo de que muchos jugadores se han acostumbrado a la trampa, la simulación y la queja, y en todo equipo se acepta sin dudar lo que favorece, aunque sea ilegal, y se protesta lo que perjudica, aunque legal sea. Como ejemplo pondré un córner no córner que propició el primer gol del Celta contra el Madrid en el partido de ayer. Es claro que en el equipo gallego sabían que lo que tocaba era un saque de puerta, pero lanzaron el saque de esquina sin remordimiento de conciencia. Gol que, de suceder en contra, supondría a un Aspas indignadísimo y con razón, pero que, siendo a favor, a Aspas no le pareció indignante.

Lo del Celta y Aspas es solo a modo de ejemplo, que esos modos son igual en todos los equipos.

Luego del partido estuve atento al comentario periodístico, y los profesionales pasaron muy de refilón por ese concreto asunto, y ni mencionaron otros de similar calado (tres cuestiones que, con o sin ley, perjudicaron al Real Madrid). Sé que, de darse esas en sentido contrario, la polémica sería de muy alto grado. ¡El Madrid robando!

Y así, con arbitrajes nefastos, comentaristas sectarios y jugadores tramposos, va el fútbol hacia un futuro demencial.

El forofismo irracional del graderío y la barra del bar no ayuda nada, por cierto.

Aguanto todavía, pero quizás un día me dé de baja de este asunto.

Dolbach.