“Ser la revancha de todos aquellos
que la pelearon de cerca o desde muy lejos,
y no pudieron reír sin llorar.”
Escribí y borré mil veces. Todavía no sé bien cómo poner en palabras la cantidad de emociones que siento.
Crecí viendo a Platense en uno de sus peores momentos. Me fumé partidos aburridos, reducidos que no se nos daban, chicanas de todos lados. Y entre tanto dolor, nunca dejé de sentir amor.
No solo por el barrio, no solo por esa pasión inmensa que nos atraviesa, sino porque ser de Tense me hacía sentir cerca de mi viejo, que ya no está y alienta desde el cielo.
Se me ha inflado el pecho de orgullo tantas veces cuando alguien me dice:
—¿Vos sos la hija del Pocho? Tu papá era un crack.
Y me cuentan una anécdota. A veces se les quiebra la voz… y a mí, a mí se me mueve todo por dentro.
Ser de Platense también es eso: que tus amigos de otros clubes se pongan felices por vos cuando al fin te toca, cuando al fin se nos da.
Porque no teníamos nada… y de a poco vamos teniendo todo.
La felicidad que me da tener un club de barrio, con actividades para los socios, una dirigencia seria y todo un plantel que SIENTE la camiseta… no la puedo explicar.
Si me preguntan, todavía no lo creo: ¿Platense campeón?
Tengo que estar soñando.
Toda una vida anhelándolo… y hoy es real.
Ahora solo queda mirar para arriba y recordar ese pasado angustiante como una simple anécdota de una mala racha.
Esto es por nosotros, por los que estamos, y por todos los calamares que ya no están, pero que siempre van a tener un lugar en nuestros corazones, en nuestras banderas y en nuestras tribunas.
Mi corazón va a estar teñido de blanco y marrón para toda la eternidad, porque así nací y así voy a morir.
¡Salud, calamares!
Our picks
Become a supporter of quaderno
Support this independent project and get exclusive benefits.
Start writing today on quaderno
We value quality, authenticity and diversity of voices.
Comments
There are no comments yet, be the first!
You must be logged in to comment
Log in