Neo crueldad 1

Otra vez es miércoles.

Entonces los jubilados se juntan en la plaza y los policias de la federal vallan los alrededores del Congreso y la gendarmería llega temprano pero se acomoda recien para el mediodia y se mueven a las 3 y pico de la tarde.

Lo que sucede después es un tira y afloja donde los jubilados cortan de un lado de la calle y después el otro.

La camara de diputados no alcanzó quorum para tratar la suba a las jubilaciones.

Entonces los jubilados están más enojados que de costumbre y los policías y gendarmes más precavidos.

Los dos grupos se mueven de un lado a otro y pese que a veces en efecto la calle queda liberada son pocos los coches que pasan porque en la práctica todos ya conocen lo que sucede y resulta más efectivo evitar esa zona durante esas horas, todos los miercoles.

El gas que tiran es de dos tipos: El que es claro como el agua, y el que es marrón tipo sucio.

Rocían en forma de una fuente de casi medio metro que además de lastimar el frente deja algo en el aire que se va pegando a la ropa y a la piel

Entonces la gente tose y estornuda.

Y los que recibieron directamente el gas son acompañados hasta la posta.

o se quedan ahí nomás quietos un poco desorientados porque el gas duele en serio como si fuese un golpe.

El otro miercoles un jubilado decía "es como fuego, como fuego dentro".

Al principio es fuego. Después es un golpe.

La gente de la posta es terriblemente amable y te hablan y te explican mientras te bañan de leche. Te piden permiso para moverte el auricular y no mojarlo. Te dicen que lo que te van a tirar es suero y que te va a doler. En el momento no duele tanto pero calma. Tambien se disculpan y te limpian la campera.

Entonces uno se siente un poco desorientado y dévil porque por algun motivo que le duela tanto el ojo a uno confunde. Debe ser porque uno está acostumbrado a frejarse el ojo y curarse. Pero este gas funciona al reves y entre más te fregas más duele.

Después uno sigue quizás con más energía porque en la herida se acercan a cuidar y surge la camadería. No hay que creerle a los que dicen que no sirve para nada ir. Porque sirve dentro de uno para no sentirse mal con uno mismo. Porque sirve para los demás para mostrarles que se puede luchar por un mundo mejor sin ser un hijo de puta.