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    La doble cara de pedir ayuda - Reflexiones de una mente ruidosa

    Jul 23, 2024

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    La doble cara de pedir ayuda - Reflexiones de una mente ruidosa
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    No es que no aprendí a pedir ayuda, es que muchas veces, cuando la pedí, no supieron ayudarme.

    Me parece irónico que las personas a las que alguna vez les pedí ayuda sean las que me dicen que tengo que aprender a pedirla. Obviamente, hay gente que no sabe cómo hacerlo, pero si observamos el otro lado de la moneda, la gran mayoría tampoco sabe ayudar.

    Se tiende a ayudar desde la experiencia y vivencia propia, no desde la empatía; se deja que el ego tome el control.

    Fijate cómo cambia la situación cuando la persona a la que le piden ayuda, en vez de llenar de consejos, palabras vacías y frases como "yo creo que deberías..." o "tenés que...", simplemente pregunta "¿Qué necesitas?" o "¿Cómo puedo ayudarte?". Son preguntas clave porque quien pide ayuda suele estar al límite, perdido, y esas preguntas pueden hacer que la persona vuelva a sí misma, que conecte y note que fue escuchada, que vea que hay alguien ahí con los brazos abiertos para cuidarla y que le está brindando el espacio para que frene y vea qué necesita, qué es lo que cree que le haría mejor.

    Las respuestas solemos tenerlas dentro de nosotros; solo necesitamos a otro que nos ayude a verlas, que nos guíe cuando todo se vuelve oscuro o que simplemente esté ahí. Nadie sabe mejor que uno mismo qué es lo que necesita.

    De chico, pedí ayuda muchas veces cuando sentí que la vida me asfixiaba y no recuerdo que me preguntaran qué necesitaba. Hoy, mientras escribo esto, me duele porque recuerdo el pasado y veo que solo necesitaba la presencia de ese otro al que acudí, necesitaba sentirme escuchado.

    No es un reclamo porque todos hacemos lo que podemos, pero no está de más aprender y ver otras formas de accionar o mirar. A veces, aunque actuemos desde la amorosidad, podemos dañar al otro. Todos somos frágiles y no podemos salir ilesos de esta vida ni evitar dañar a nadie, pero la empatía sincera y real puede salvarnos muchas veces, puede crear lazos fuertes y lugares seguros, amorosos y cálidos.

    Creo que hay muchas otras formas y miradas que tengo respecto a esto, pero hoy recordando el pasado resueno con esta reflexión, tal vez porque mi niño interno al fin se sintió escuchado.

    Te amo, pequeño Fran del pasado.

    Francesco

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