Curvas vino tinto, piano, contrabajo y bata en el Palermo mas yankee a penumbras entre preguntas y respuestas tonales Gardel se convertía en jazz. Como Golondrina había llegado al lugar sin imaginarme que mi alma sería acariciada invitándome a Volver a amar algo, entre tragos de malbec, las primeras notas empezaban a sonar, tristes como puede ser la combinación del tango y el jazz solo podía soñar con El dia que me quieras, un poco de mi se vio reflejado en aquel batero, Sus ojos se cerraron y de pronto conectamos, empecé a latir al ritmo de su bombo, a vibrar con cada detalle de su platillo, cuerpo salvaje, desenfreno absoluto, Yira Yira piernas mías a merced de su compás, interrumpido abruptamente me veo Por una cabeza con halo, morocha disonante te mezclaste entre eros y jazz solo para recordarme lo bello y melancólico de Mi Buenos Aires querido

Facundo H. C.
Escribo buscando personas, momentos, lugares para que las palabras se encarguen de inmortalizar mis melancolías más felices.
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