Es el año 2005. Tengo 10 años y estoy en mi habitación escuchando un CD. Es un mix de canciones de rock nacional, lo sé porque tiene escrito con fibra “mix rock argentino”. Son varios temas. No sé cómo llegó a mi casa. Escucho, bailo y me imagino que soy el cantante de cada canción que suena. Estoy feliz. Mi habitación, en realidad, es un estadio donde canto frente a miles de personas. Mi imaginación está potenciada.
Las canciones van pasando hasta que en una sucede algo raro. No la puedo cantar porque no la conozco. Pasan los segundos y ya no estoy parado, ahora estoy sentado en la cama. No logro entender qué me pasa, no puedo descifrar qué es lo que estoy escuchando. Me llama la atención, me cautiva. La voz, muy distinta a las demás, me paraliza. Los sonidos, muy diferentes al resto, me vuelven loco. “No hay un modo, no hay punto exacto, te doy todo y siempre guardo algo”, dice el cantante. No logro comprender. Todavía no estoy preparado para entender ese tipo de letra, esa poesía. Aun así, escucho atentamente.
Sigo sentado, preguntándome qué es eso que sale por los parlantes y se proyecta entre las cuatro paredes que me rodean. “Si algo cedes, calmaré tu histeria” ¿Qué significa eso? “Uniendo fisuras, figuras sin definir…” ¿Qué quiere decir unir fisuras? Termina el tema. Es la primera vez que una canción me vuela la cabeza. Me levanto sobresaltado y agarro el sobre blanco donde va guardado el CD. Leo la parte de atrás y dice: 6 - Signos - Soda Stereo.
Es el año 2005. Tengo 10 años y no soy consciente de que Gustavo Cerati ha entrado en mi vida. Pero acaba de suceder.

Niyén Pibuel
voy por la vida muy tranquilo y sin apuros porque para mí es excesivamente larga y cada tanto aburrida :)
Our picks
Become a supporter of quaderno
Support this independent project and get exclusive benefits.
Start writing today on quaderno
We value quality, authenticity and diversity of voices.
Comments
There are no comments yet, be the first!
You must be logged in to comment
Log in