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El festival Vivimos Música llegó a Temperley a puro metal nacional

Jun 2, 2025

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El festival Vivimos Música llegó a Temperley a puro metal nacional
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La primera edición del festival Vivimos Música de este año abrió sus puertas al metal en Auditorio Sur en una noche fría e ideal para la puesta en escena de ocho de las bandas con “mayor relevancia” del género que desde hace años busca reinventarse.

Hermanos de Sangre, Roma, Muñeki77a; All For Love, V.I.D.A, Mi Última Solución; Nvlo y Melian encendieron -en ese orden- las tablas de Temperley, del sur del conurbano: lugar donde otrora se cultivaron identidades y fagocitaron fanatismos sobre muchos de estos grupos.

El show comenzó con Hermanos de Sangre, quienes tuvieron la responsabilidad de -poco a poco- alimentar las brasas de un recital que apeló a la nostalgia de un público que continúa -sobre todo- con su impronta solidaria y comunitaria.

Roma calentó los motores del Vivimos Música

Los relojes marcaban alrededor de las 19:40 cuando comenzó a sonar la música de los Roma, el grupo de San Martín que encabeza Sergio Munich en voz. En ese momento, con la sala semivacía pensé en lo que se decía en 2018, en pleno auge de la música indie rock en nuestro país: “el core murió”.

¿Realmente fue así? ¿Qué tan “olvidadas” o “canceladas” están estas bandas? ¿Qué es lo que hoy en día dice el público de ellas? Lo concreto es que han perdurado y, más allá del sonido aplastante -un poco saturado- de la noche del viernes, se reinventaron: acto para nada menor en días donde los determinismos suelen ser fulminantes.

Roma festejará sus 13 años el 15 de agosto en La Tangente, la sala ubicada en Honduras 5317 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. "No somos metalcore, ni hardcore, ni post hardcore, esto es Roma", aseguró Sergio Munich en el final de su show.

¿Muñeki77a, la joven promesa del “nuevo metal” argentino?

Vivimos Música continuó con Muñeki77a que llevó una puesta en escena innovadora con una caja de juguetes que hacían alusión a signos de terror y un personaje con vestimenta de “muñeco de trapo” que formó parte de todo su show.

Esto último fue uno de los puntos fuertes de la cantante, compositora, pintora y modelo, Naomi Preizler, mejor conocida como Muñeki77a. Otro punto a favor estuvo teñido por la vestimenta muy bien lograda y pensada por toda la banda.

Sin embargo, la puesta en escena fue opacada por la falta de claridad en el sonido de la voz -a diferencia de otras bandas de la noche- lo que truncó la posibilidad de sentirse interpelado por el mensaje que se intentó transmitir.

Muñeki77a amplió su propuesta al sumar a Nazareno Antolini, vocalista de la banda “El 911", y a Miny, cantante del grupo sanjuanino “Post 20". Hecho que alimentó mucho más el fuego del escenario de Auditorio Sur, y comenzó a armarse una tímida ronda en el centro de la sala.

"Hay mucho futuro en el metal argentino", exclamó Miny. El acto de la joven promesa del “nuevo metal” argentino finalizó con un cover de “Arrancacorazones” de Ataque 77 y un solo de guitarra “infernal” de Chowy Fernández, el misionero que también forma parte de bandas como Barro -el proyecto metalero de Ca7riel- y La Esfinge -el grupo de metal de Cristian Castro-.

Por su parte, Nazareno Antolini, vocalista de El911 y Deny, aseguró que para él la escena del metal/hardcore en zona sur supo ser “un refugio desde hace 15 años, más o menos” y resaltó: “Por ahí en zona norte, de donde vengo yo, o en zona oeste, siempre estuvieron más escuetos en cuanto a espacios. Siempre hubo más organización de redes, movidas de skate, de juntarse en plazas. Y creo que es importante recuperar ese sentido comunitario acá, sobre todo en zona sur, que para mí supo ser la base del under, de este estilo”.

All For Love, post-hardcore con identidad y emotividad

Cerca de las 21 horas, All For Love encendió los motores de Auditorio Sur, una sala que, aún con espacios vacíos, comenzó a llenarse de energía. Con su propuesta de metalcore/post-hardcore cargada de emoción y melodías pegadizas, lograron movilizar al público, que respondió con pogos y cantos a lo largo de toda la presentación.

Somos una familia”, expresó Rod Kaiju, vocalista de la banda, mientras arengaba al público, que respondió con entusiasmo. Su presencia escénica y conexión con la audiencia marcaron uno de los puntos altos de la noche.

Uno de los momentos destacados del set fue cuando Seba Vásquez, vocalista de Mi Última Solución, subió al escenario para compartir con All For Love una de las canciones que ambas bandas interpretan en colaboración. Una postal de compañerismo y comunidad que definió el espíritu del evento.

En medio del show, una reflexión cruzó mi mente: “¿Siempre somos los mismos o tal vez estoy muy viejo y despistado?”. Sin embargo, esa sensación de desgaste se contrarrestó al ver una escena particular: una madre y su hijo -de no más de 13 años- se acercaron a pedirle una foto a León Pardo, cantante de Nvlo. Ese gesto, simple pero significativo, encendió una chispa de esperanza en medio del pesimismo con el que, a veces, observo a la escena del metal argentino.

La noche presentó una velada cargada de distorsión, aunque el volumen fue un punto en contra. La potencia del sonido alcanzó niveles excesivos, con una pared sónica que en ocasiones se volvió caótica, especialmente por la presencia desmedida de graves. Incluso con la sala colmada, la mezcla resultó por momentos saturada.

V.I.D.A demolió el escenario de Vivimos Música con su potente death metal melódico

A continuación, fue el turno de V.I.D.A., que aportó su cuota de metal clásico al festival con una propuesta de death metal puro y contundente. Riffs ultra pesados y machaques constantes hicieron mover las cabezas del público, que respondió con entusiasmo y energía. El cantante y bajista Jorge Cybula arengó a los presentes con guturales.

A pesar de la afinación grave, el sonido fue mucho más claro y equilibrado que en otras presentaciones, permitiendo entender la voz y disfrutar de una mezcla más ecualizada.

Mi Última Solución, ¿la banda más “blandita” del Vivimos Música?

Más tarde, Mi Última Solución (MUS) volvió a tener un momento especial sobre el escenario al invitar a Nazareno Antolini para interpretar “Aguas Negras”, su segunda canción de la noche. A esa altura, la sala ya se encontraba colmada.

Aguante la gente que cree en la movida, esto no es fácil, esto es mucho laburo”, expresó -desde el escenario- el frontman y cantante de MUS, Sebastián Vásquez y sostuvo: “Somos la banda más blandita de este festival, y estamos orgullosos”.

A pesar de que tenían una lista de temas más extensa, por cuestiones de tiempo solo pudieron tocar alrededor de siete canciones. En una escena que sintetizó el espíritu del evento, Seba y el bajista bajaron a tocar entre el público en medio del mosh.

El “Club Atlético Breakdown” de Nvlo detonó zona sur

La llegada de Nvlo estalló las tablas con luces estridentes y un sonido demoledor. El pogo y el mosh no cesaron durante toda la presentación. En medio de la celebración, el público le cantó el feliz cumpleaños a León Pardo, frontman y vocalista de la banda, quien agradeció y arengó al público durante todo el show.

“Olé, olé, olé, Nvlo, Nvlo”, se escuchó a lo largo de todo el recital, que tuvo momentos de euforia extrema. El volumen era tan alto que parecía literalmente sacudir al público: sin metáforas posibles.

El “Club Atlético Breakdown” se hizo presente con interludios ultra machacados y separados por rápidos silencios que marcaron las filas de la rítmica semi bailable que propone el grupo. “¡Aguante Nvlo, la puta que lo parió!”, se escuchó gritar más de una vez desde las gradas.

El frenesí fue tal que varias personas llegaron a caer por encima de la valla de contención de Auditorio Sur, situación que obligó a la intervención del personal de seguridad. En medio del descontrol, León tomó la palabra: “No hay mejor forma de festejar mis 30 años que así”.

Sin embargo, el show debió ser interrumpido momentáneamente por algunos disturbios entre la gente. “No queremos que nadie salga lastimado”, aclaró el cantante, marcando el cierre de una jornada intensa, energética y emotiva.

Por momentos, me sentí como en Pika Rock, en esas largas noches de metal en el parripollo devenido en bar por las noches del periférico Monte Grande. Estuve como en casa, o al menos reviví con ahínco otras épocas donde estos géneros los habitamos las adolescencias de aquel entonces.

Melian, una banda nostálgica que trascendió una era

Pasada la una de la mañana, la banda de post-hardcore Melian fue la encargada de cerrar la jornada. El show comenzó con “Montañas”, con cierta demora y una actitud algo displicente para quienes escuchamos alguna vez una de las mejores formaciones de la banda con Hernan Rodríguez y Martín “Marto” Beas Núñez en guitarra.

La voz de Alejandro Picardi se mantiene intacta con el paso del tiempo. Sus canciones, como siempre, logran conectar con el público y generar ese clima de comunión que se refleja en el pogo. En esta presentación, como viene sucediendo hace años, se destacó la mejora notable en sus guturales. También llamó la atención la técnica del baterista Lucas Exequiel Diaz, quien ubica el platillo china junto al hi-hat, lo que le da un estilo particular a su ejecución.

Sé lo que significa que estén acá a pesar de la situación complicada en la que estamos”, exclamó Picardi y detalló que “Hijos del rigor” fue dedicada “a todos los políticos que nos han gobernado; todo lo que han hecho fue siempre separarnos”.

A esa altura de la noche, dos postales marcaban el cierre del evento: por un lado, el trabajo sostenido del equipo que rodea y hace posible estas producciones; por el otro, el cansancio visible de las bandas, que se retiraban con rostros marcados por el desgaste de una jornada intensa.

Melian es una banda nostálgica porque su historia trasciende una época y esto se nota en el apoyo incondicional de su gente. El show finalizó con el conocido “Entre espectros y fantasmas” pero el público continuaba eufórico y la sala de Auditorio Sur -que fue diluyendo su presencia- pidió al sonar de un coro unísono: “¡Hombre bomba! ¡Hombre bomba!”.

Sobre el regreso de Deny

Nazareno Antolini, vocalista de El911, adelantó que la banda de post-herdcore de zona norte Denydará un show reunión” porque “hubo una tentativa de juntarse” durante los períodos en que Juan Pablo “Jay” Uberti regresaba de Australia a visitar a sus padres.

“Íbamos a producir uno o dos temas y al final hicimos más. Así que nada, salió algo lindo, genuino, porque no fue planificado, y eso para mí tiene un re valor”, continuó.

Por último, Antolini aseguró: “No vamos a volver, es un show reunión. Yo, hoy, tengo el corazón con El911. Siento que son dos bandas que requieren mucha atención, mucha energía. Yo laburo de otra cosa, estudio. Siento que también hay que ser realista y saber que, con Jay viviendo en Australia, es un desafío. Si podemos tocar una vez al año, o dos; con que él pueda venir, ya es un montón. Y, encima, con la formación original, que no se daba hace diez años”.

Elías Brizuela

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