El arte de amar (y no ser amada)

¿Alguna vez te enamoraste?

Muchas veces recaigo en esta pregunta, sin embargo, nunca encuentro una respuesta que me deje satisfecha.

Quizás tengo la percepción del amor y del romance un poco distorsionada gracias a los libros y películas, donde la idea de amor se desborda página por página y parece traspasar la pantalla.
Amores imposibles, amores perfectos... siento que jamás llegaré a algo así. ¿Quién, en esta actualidad, cruzaría pueblos solo por ver tus ojos brillar una vez más? ¿Quién te escribiría tantas cartas hasta que le duelan las muñecas? ¿Quién te esperaría tantos años como un perro fiel a su dueño?
¿Quién podría hacer tales cosas, poner en riesgo tanto solo por amar a alguien, en este mundo donde el romance parece desaparecer?

Esta nueva idea de amor me aburre, me deprime. ¿Debo pensar o creer que alguien me quiere solo por darme like? ¿Debo creer en indirectas, en palabras sucias, vacías, carentes de un mínimo cariño? ¿Debo creer en palabras repetitivas, en caricias ásperas?
Quizás espero mucho de este mundo superficial. Espero que alguien me vea como me veo yo... y digamos que tengo una vista muy romantizada del mundo.

Encuentro belleza y amor a donde sea que vaya.
El amor, para mí, está en la música, en el sol que entra por la ventana, que es tan cálido que llena tu cuerpo de energía.
Está en ese dolor de panza que te da de tanto reír.
Está en ese viento frío que abraza tu cara y tu cuerpo, que te estremece pero te recuerda que estás viva.
Está en ese aroma que te lleva a días que deseás jamás olvidar.
Son esos pequeños detalles los que te hacen agradecer y amar estar viva.

¿Y qué persona podría ver esos pequeños detalles en mí?
Que no diga que estoy buena, o que solo quiera pasar el rato.
Alguien que quiera conocerme en lo más profundo, que antes de tocar mi cuerpo quiera acariciar mi alma.
Que contase mis lunares como quien cuenta estrellas por la noche.
Que se perdiese en el color de mis ojos cuando el sol los queme.
Que un abrazo se vuelva un hogar.
Que un beso provoque un huracán.
Que mi risa alegre ruiseñores, y mi existencia ilumine sus días.

¿Quién podría verme así?
¿Quién pensaría en mí de esa manera?
Duele despertar de ese sueño que parece tan real.
Y tener que enfrentar a la realidad, que te apuñala al despertar.

Creo que jamás nadie me ha visto de esa manera, pero yo tampoco he sentido algo fuerte por alguien.
Nadie ha logrado que mi corazón estalle de amor, que quiera correr hasta donde esté solo para verlo, olerlo, sentirlo.
Que memorice cada partícula de su ser.
Que provoque sentimientos que no creía que existiesen en mí.
Que provoque paz, pero también revolución.
Que, desde nuestra libertad, quiera llamarlo mío y yo ser suya.

No sé realmente si alguien se ha enamorado de mí, o yo de alguien.
No sé si todo lo que he sentido es lo más fuerte que vaya a sentir en mi vida.
Solo sé que no quiero conformarme.
No quiero estar con alguien que no me ame ni la mitad de lo que yo me amo.
Y no quiero estar con alguien que no me provoque nada.

Y si nunca encontrase a nadie, moriré enamorada de mí y del arte que me da vida.