Es verano y es resplandor
Aire cargado con dramática calma de mediodía a paso lento
Fina tormenta de libertad en el corazón que impulsa a darlo todo
Entonces todo es intenso como una canción de amor de esas que te aburres de escuchar en la radio mientras sientes cómo te invade el calor, ese pegajoso bramido de humanidad energética que se encumbra para siempre
Fuera de nuestras pieles, la vegetación se aplaude por la suerte de vivir un día más bajo el tumulto de días de risa y vida
Del esplendor de una playa sumergida en el barullo del ir y venir
gente/placidez/excitación/descanso
El sostenido murmullo de unas olas lentas agotadas de tanto ir y venir
De repetir un mantra in aeternum
que abraza la fragilidad de los cuerpos mientras esperan, con soltura,
lo mejor y lo peor de un mundo
siempre a la deriva y a punto de estallar
Marcando el tiempo para intentar encender una luz los cuerpos dorados se dejan morir bajo la mordida del sol y nadie ve ni escucha nada
Nada importa mucho ya
Y todo nos hace volver a un punto de partida
Nadie cree que algo debería suceder
Y todo nos recuerda que todo es demasiado frágil para persistir
Y no es más que la paz de un verano como otro cualquiera antes del estallido final.

Yom Hernández
Aquí un licenciado en Historia, loco por la literatura que lee y escribe pertinazmente. Padre de tres libros publicados por Ed Atlantis, Ed Adarve, Ed Cuadranta.
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