Cambio de foco

Hace mucho tiempo, no importa cuánto en realidad, visité la casa de un hombre muy prepotente que me ubicó en mi número telefónico por motivo de trabajo. Resulta que pretendía decorar su hogar ya que, según dijo, estaba escaso de color bajo su mirada. Yo accedí, por su puesto, más que por el dinero lo hice por ayudar.
Le pedí una pequeña taza de café ya que el frío se mostraba sin piedad aquella noche. Mientras tanto, me dispuse a analizar el ambiente de aquél hogar. Advertí, luego de unos minutos, que la luz proveniente del foco del comedor era muy tenue, como si no tuviera fuerzas suficientes para alumbrar a distancia. También me percaté de que las ventanas estaban cerradas del todo, es decir, las persianas también, y por si fuera poco también cerradas las cortinas. Le consulté por el foco y, tras una respuesta un poco tardía, como si nunca antes se lo hubiese planteado, me respondió que en ningún momento se le pasó por la mente la idea de suplantar el foco. Esto se me hizo un poco extraño.

Pensé entonces que quizá, al encontrarse dentro del hogar por tanto tiempo, el hombre acabó acostumbrandose al ambiente tan apagado. Este casi puede parecer absurdo, pero es mucho más frecuente de lo que aparenta, sólo que mucha gente no presta la atención suficiente.

Noté cierto comportamiento derrotista en aquél tipo. Miraba casi con desprecio su propia casa, y pasaba por alto, con la mirada, las flores que habían puestas en un lindo jarrón verde, situado frente a él.

Pregunté entonces: "¿me ha dicho usted que quiere decorar un poco aquí para que sea más agradable el lugar a la vista, verdad?". Tras un pesado suspiro me respondió que sí. A lo que contesté: "Estupendo!. Pero antes quiero que mire esto; fíjese con cuán poca fuerza alumbra el foco que está ubicado lejos del centro del techo y más cercado al baño. ¿No nota algo extraño?"

El hombre adoptó una postura rebelde y negó con la cabeza, tras lo cual dijo lo siguiente: "Mire, las luces no son el problema aquí, si usted no quiere realizar su labor puede retirarse en éste momento."

Tomé aire y respiré profundo, luego volví a dirigirme al hombre: "No tiene porqué alterarse, señor. Mire, lo que intento explicarle es que el problema del que me habla ha sido ocasionado, bajo mi humilde juicio, por el simple hecho de haber colocado un foco con tan poca fuerza de luz."

"Si es cierto lo que me dice usted, entonces sólo debo conseguir un foco que alumbre más, y problema resulto." dijo, tras lo cuál dió un golpe en la mesa, como si no lo hubiera pensado antes, como culpandose por su desatención.

"En parte sí, pero no es solamente eso. Ya que, como puede ver, el foco está ubicado muy lejos del centro del techo y más cercano al cuarto de baño; esto quiere decir que, incluso cambiando el foco por otro que logre iluminar un poco más, dicha iluminación se va a ver limitada por la posición en la que está ubicado dicho foco. Así que, lo más coherente sería desplazarlo hacia el centro del techo, así la luz que proyecte puede abarcar mucho más espacio, y teniendo en cuenta que pondrá un foco con más potencia, lógicamente el priblema estaría resuelto." Le aconsejé.

Pero el tipo seguía dudando un poco, parecía no confiar en que la cosa fuera tan sencilla. Hasta que logré convencerlo y comencé con la reinstalación. Todo fue de maravilla, y al llegar a la ultima etapa le pedí que cambiara él mismo su foco. Al hacerlo, quedó con los ojos abiertos de par en par a casusa de la sorpresa al ver colorido su hogar. Y es que el antiguo foco emitía una luz muy apagada, y la que acababa de poner hacía todo lo contrario.

No paró de agradecerme el hombre, tras la emoción de haber cambiado el foco y descubrir cuántos colores ocultaba su hogar. De hecho, el tono medio naranja de la luz le daba una sensación de ambiente cálido. Lo cierto es que yo no hice gran cosa, y si no hubiese sido por la propia volvuntad del tipo, la situación hubiese quedado como estaba, y aquél tímido foco antiguo le hubiese seguido haciendo sombra a la puerta que estaba alejada a la luz, y aquella hermosa flor amarilla nunca hubiera mostrado su verdadero color.