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Relámpagos sobre el Bloomsday:  Mi amor es la lluvia

Jul 28, 2025

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Relámpagos sobre el Bloomsday:   Mi amor es la lluvia
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«Como puedo atreverme entonces a escribir

Yo he visto el relámpago

Yo he amado como nadie »

 

I

Suspiro con los bronquios cargados de sueños

exhalo largas jornadas de polvo.

Lo que fuimos y seremos dicen

los cementerios abandonados

sobre los que levitan grandes nubes

anaranjadas.

 

Tengo pies inquietos que buscan constantemente

hacer rodar el horizonte

en un panorama de movimiento,

entiendo que poder hacer del ojo azorado

un asombro maravilloso requiere

de cierta inocencia

de cierta sensibilidad

 

las flores bailan arqueándose

con vientos melódicos

los automóviles tan veloces

como las voces de la consciencia

eternamente forzadas a narrar:

atrás de un árbol, al costado de los rieles

pasando un pequeño puente tras los vendedores

de alfombras, conocí el humo que sana

 

un arcoiris que no se avergüenza

de exhibir contento sus colores

en una chaqueta de mezclilla

de una muchacha inenarrable

riendo en el silencio de grandes avenidas

una noche donde duermen las tormentas.

 

Llovizna mental, este atardecer

sucediendo a mis espaldas

cuando tengo la vista clavada

en las grandes ideas

 

II

 

Un pincelazo de Giotto, del Durero

me muevo entre las luces del Bosco

raudamente, intempestivamente

aparezco en las veredas

llevando una chaqueta a cuestas

como si una cámara cinematográfica

estuviera empotrada en cada esquina

 

Y cada esquina es el centro

del infinito.

 

El centro mismo de esta ciudad

es un vientre a punto de ebullición

donde los vapores colaterales se asemejan

a una orquesta de cuerdas desafinadas,

cemento deshaciéndose en la neblina

metales herrumbrándose con letreros luminosos

caminantes avanzando en reversa.

 

Una iglesia toca las campanadas

y quedan tres horas más

por vagar y pensar si no estaré

perdiéndome en lo entredicho

 

el ángulo del parque en un cálculo

novelístico descubre prosas sobre

la ondulación de las ramas

la respiración atmosférica (oxígeno-¡sálvanos!)

el contraste de siluetas oscuras

sobre un atardecer rojizo todavía

sucediendo allá donde la mirada

hace un pic-nic contemplativo

 

empiezo a fumar pensando

en que hacer cuando el humo

te besa con suaves versos efímeros

que más rápido que tarde

que sin pena ni gloria

olvidarás haciendo de aquél

instante creativo un pequeño porcentaje

de la eternidad.

 

 

III

 

Pero el sol se va a terminar

(no me refiero al melancólico atardecer)

nos dejará en el inmenso vacío

al que estamos destinados

un dolor tan próximo

  como las bombas

 que azotan al mundo.

 

Ni Shakespeare ni Menganito

tampoco yo

perduraré.

 

─Pero mientras las calles arden y yo

 caigo.

Más de una vez he dicho;

quiero hacer el amor

a las estrellas

dinerogratis-dinerogratis-dinerogratis.

y las sombras bailan deambulando de lado

a lado y mi cigarro

va terminándose en estos labios de código abierto

exclamando entre susurros para sí mismo;

¿Cómo ser más directo?¿Como transmitir este

compás de calor que me eleva hasta tu nombre?

 

Toda mi vida ocurrió abandonándome

límites desconocidos fueron descubiertos

cuando sentí que las explosiones

no fueron esculturas retóricas

ni bulbos raquídeos.

 

Necesito tener de frente a alguien que me

descubra

desesperados en aventuras incesantes

carreteras soleadas los Domingos

se abren como los teatros modernos,

los cines de mala muerte,

los parques públicos donde los amantes

adolescentes trazan círculos concéntricos

entre las luces del siglo (que lentamente

se apagan).

 

 

IV

 

Los faroles coloniales se encendían

pequeños remolinos donde las ilusiones

crecen

mis manos empiezan a dibujar

siglas inentendibles

las personas a mi alrededor

hablan un dialecto confuso

estoy sentado bajo un arpa y una guitarra

  ¿Oyes esa melodía?

  ¿Amada mía, las oyes?

las estatuas observando en silencio,

los monumentos envejeciendo sus consignas

me acerco a trazar en un árbol:

 

PAUL VERLAINE

REDENTOR LÍRICO

 

Y una pequeña voz interior empieza a cantar

You turn me on

hazme volar

come close

enciende el fuego

y el vulgo riñe por trivialidades, en un escenario

a la distancia irremediable, un grupo de jóvenes

baila, otros juegan y algunos miran a todas

las direcciones.

Un globo inflable lleno de niños saltando es detenido

en estos versos como un carritero vendiendo ─pop corn─

 

─Vendaval moderno la verborragia

papo, labia, persuasión.

 

Miro a mi reloj dar vueltas mientras conspiro

(a favor o en contra) de los amantes amentes

flores malsanas-nauseabundas que una gran

plaza ofrece pese a opiniones del siglo pasado

que la quieren hacer un parking o un Mall

 

─¡Háganlo un cine al aire libre!.

 

 

 

 

V

 

Y entonces como dividiendo las aguas

haciéndose un camino

hasta el ávido corazón

que atraviesa el césped

 

Ambos se encuentran

y se sonríen

se abrazan y se besan

 

─sus nombres:

Flujo de consciencia, espíritu incierto.

 

Las praderas cinéticas son regaladoras

para sus sentidos

y hacen desvanecer los agrios vapores

nihilistas

y las constelaciones parpadean

un código cifrado

que reza:

 

CONÓZCANSE

Y

PROSPEREN DOTANDO

DE BELLEZA AL MUNDO.

 

Del vértigo hacen palabras de amor

rabiosamente trazadas en ascensos

espontáneos

«Aquí emborrachándonos

un bello día otoñal »

 

─Ángeles transparentes con guitarra

eléctrica van desprendiendo

acordes armónicos lentamente

sobre sus cabezas

y las palabras escogidas en signos

 ambiguos

son una canción que los rodea.

 

Los vieron pasar como un sueño

mirándose hasta

 alcanzar lo desconocido.

 

VI

 

Se hicieron partícipes

de un gran baile de contornos

difuminados

sus besos son

una ficción

una realidad

fronteras que atraviesan

a velocidades kilométricas

 

Circuitos analógicos

los descubren

cuando se pasan de mano en mano

sabores extraños como burbujas plateadas

y el humo colma la noche.

 

La hilera de autos y sus luces

los ven cuando señalan

fuentes donde el agua traza

figuras geométricas

entre flores rojas y azules

y cada uno narra

un recuerdo de infancias y jardines

donde lo bello es un destello de color

 

las vidrieras devolvían sus reflejos:

ella erguida como un lirio

él meciéndose hacia ella y

hacia el abismo.

 

Sus palabras son un vértice

donde todas las otras

cosas pasan

ahora que están sentados en un

 banco apartado, resguardado

y oscuro como un secreto metropolitano

 

y ella recuesta su cabeza

sobre el pecho de un poeta

que cree estar alcanzando el infinito

mientras ambos reinventan

una y otra vez

la sensación que florece en sus pechos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soldado Desnudo

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