El latido de nuestros corazones rebota en las paredes. Un pequeño santuario temporal. Seguros, a salvo del ruido de la vida. Te transformas en terciopelo blanco, coronada de oro y suspiras el viento en mi alma.
Uno.
Un ritual mundano. Tu mano vuela hasta mi mejilla y me arrastra, me invita. Sonrisas cómplices mientras respiro tu canción que asalta mi carne. Ráfagas de luz en mi mente, un anticipo de un mundo por descubrir. Un escape, una trampa para el conformismo y la tradición. Pero no te alcanza. No es suficiente.
Dos.
El límite de lo conocido. Inhalas profundamente y espantas mis fantasmas. Cerras los párpados para detener el tiempo y mi corazón. Un temblor en viaje de tu cuerpo hasta el mío. Un anuncio de las murallas por caer. Buscas mi mirada para decirme que no te alcanza. No es suficiente.
Tres.
Una puerta difícil de abrir. Una misión llena de amor. Un esfuerzo lleno de ternura, asestando un golpe violento a mi pasado. Las primeras olas de adrenalina corren por mis venas mientras que las primeras gotas de placer nacen en tu vientre. Tu sonrisa rebalsa en un tímido canto de satisfacción que reduce el mundo a un eco y mi entereza a un anhelo. Mi mano en tu mejilla y tu frente contra la mía. Abrís caminos en mi espalda para hacerme sentir que no te alcanza. No es suficiente.
Cuatro.
Un momento de dolorosa paciencia. Un nuevo temblor en un mundo reducido al aquí y al ahora. Tu canción brilla en el aire y en mi mente. Mordes tus labios y me convierto en tu esclavo, en tu herramienta. Respiras y te convertís en mi guía. El barquero que me lleva al otro lado del río, a la tierra de la dulce aflicción. Podemos ver la orilla, pero todavía no alcanza. No es suficiente.
Cinco.
A través de la frontera. Siento tu pulso acelerarse en mi muñeca. Abrís tus brazos como alas y volas hasta el sol, regalándome una última canción que vivirá por siempre en mis oídos. El placer y la satisfacción inundan el mundo y nos lavan del mal. Del nuestro, del que habita allá afuera, del otro lado de este sitio en el que estamos. Más allá del tiempo y el espacio en un momento que se graba en mi piel. Porque ahora nada me es suficiente. Nada me alcanza.
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