Mente enferma, sueña que vuela. 

Todavía no sentiste el verdadero filo de la tristeza en el cuello, por eso fantaseás con dolores ajenos, imitás heridas que no te pertenecen, solo para no sentirte menos. Anelas dolores parecidos a aquellos que de verdad sufren. Para no querer sentirte menos...

La vida es sencilla cuando se entiende que el único límite real es la muerte.

Todo sueño puede cumplirse si estás dispuesto a ensuciarte las manos.

Podés jugar sucio, podés manipular de forma dulce, casi romántica, a los demás, haciéndoles creer que los amás, que te importan.

Podés transformarte en un dios diminuto en sus cabezas, y ellos ni siquiera lo sabrán.

Cuando entendés que en la vida solo festejan los que llegan a la meta, dejás de cuestionar los métodos.

Y los que juzgan los caminos... simplemente no entendieron que se trata de llegar o morir. No hay plan B. No hay red de seguridad.

Existen mil métodos para lograr lo que deseás, todos igual de sucios, todos igual de válidos.

Depende de la voluntad. Y sí, tal vez de un poco de suerte también.

Pero nadie te va a contar la verdad: los que llegaron arriba, los que te aconsejan desde sus torres, se guardan para sí las partes podridas del viaje.

Callan los pactos rotos, las traiciones dulces, las veces que manipularon como quien respira, sin culpa.

Conquistar un deseo que nació años atrás es una orgía silenciosa entre el placer y el desprecio.

El poder que creemos adquirir sobre los otros nos vuelve ciegos;

la manipulación se convierte en nuestro idioma cotidiano,

y hablamos, seducimos, arrastramos sin saber siquiera a dónde vamos...

solo sabemos que no queremos llegar solos.

Yo entendí por las malas que el 70% de las personas esconden su envidia detrás de consejos trillados. Y si tenés una mente débil, cuando te vayas a dormir vas a pensar que fue bueno ese consejo.

Aquel que sabe ver más allá de los ojos puede entender la verdadera intención.

Muchas veces se me acercaron personas queriendo "ayudarme", pero cuando se dan vuelta, se les nota la mierda en el culo.

Sé astuto. No tengas miedo de ensuciarte las manos para cumplir algo.

La vida pasa rápido. La vida duele. Y duele aún más cuando entendemos que tenemos más seres queridos muertos que vivos.

Manipulá. Usá los dolores ajenos para lograr cierto poder sobre los demás.

Miralos con ojos de ternura. Dales consejos únicos.

Pero que el pulso no te tiemble a la hora de gatillarte la cabeza.

No tengas miedo de ser el único que llegó a la meta.

Tené más miedo a la sensación de fracaso que va a aparecer cuando la muerte se haga presente y entiendas que ni siquiera hiciste nada para lograr eso que tanto deseaste.

A veces, el conocimiento es un castigo, Disfrazado de sabiduría.

Cuanto más ves la realidad, más deseas cerrar los ojos.

Y

Mientras más memoria

hacía más me-moría...

Este texto, si bien suena duro y sombrío, no es la expresión de un cínico, sino de alguien que todavía —aunque no quiera— sigue sintiendo.