mobile isologo
    buscar...

    El amor como acto de rebeldía: ser sensibles y jóvenes, y no hacer una revolución, es traición

    Tongas24

    Jun 21, 2025

    91
    El amor como acto de rebeldía: ser sensibles y jóvenes, y no hacer una revolución, es traición
    Empieza a escribir gratis en quaderno

    Capítulo 1: La perfección del universo y la locura del amor

    Tanta perfección merece una justificación.
    Somos tan idiotas que nunca nos ponemos a pensar en la hermosura que tiene el universo.
    En las estrellas que dejan huellas en esa noche despejada y hermosa.
    El universo está lleno de misterios que no merecemos conocer por el momento.
    El universo está en constante movimiento hacia un destino que nadie conocerá.
    El universo es perfecto, todo lo que está en él lo es.
    Fuerza superior que no merece ser entendida, sólo vivida.
    Tanta perfección en la vida.

    Pero llega el amor, y el amor hace que pensemos que toda esa perfección se ha personificado delante nuestro, haciéndonos creer únicos merecedores de mirar tan de cerca semejante regalo, hasta haciéndonos querer besar a esa persona.
    Somos tan idiotas cuando nos enamoramos que pensamos que esa persona fue un regalo, pensado solo para nosotros.

    El amor nos hace egoístas, y es entendible para el corazón de un sufrido; ningún sufrido va a querer perder el amor de vista tan rápido. Más si ese amor le devuelve la mirada a la misma velocidad que él.
    Porque, aunque seamos seres que estamos de paso, el amor nos hace sentir eternos, y eso está bien para seres mortales como nosotros.

    Seamos conscientes de que el amor es la fuerza más poderosa de todas, la más hermosa, pero, obviamente, con justa razón, la más dolorosa.

    Capítulo 2: El amor, la mayor rebelión

    El miedo a sentir se vuelve una tortura para aquella persona que no quiere amar. No es porque no quiera, es que no quiere lastimar con traumas del pasado que todavía no están resueltos.
    Es entendible no querer amar cuando no conocemos nuestra historia, es entendible que tengamos esa etapa que puede durar años.

    Sin embargo, lo que no es entendible es que no quieras vivirlo, porque esa pulsión de querer sentir, muchas veces es más grande que una vida llena de castigos.

    Y ahí, justo ahí, se hace presente el coraje de una persona por sentir.

    El amor salva, y muchas veces las personas no quieren entenderlo.
    Desde chico, siempre me dijeron que tratara de evitar el amor, que solo trae una perspectiva dolorosa sobre la vida. Que me dejaría un corazón roto que, seguramente, nunca se pueda arreglar.
    Más de una vez escuché decir a ciertos adultos que el amor es un castigo, mientras tenían a su hija en brazos y a su esposa al lado.
    Por muchos años les hice caso. Pensé que, al ser adultos, tenían la respuesta correcta para un joven perdido que no sabe ni siquiera reconocer algo tan impactante como es el amor.

    ¿Cómo se conoce al amor?
    Un día te levantarás, pensarás en las cosas que tenés que hacer, si es que tenés cosas que hacer y si tenés ganas de hacerlas.
    La rutina siempre te llevará hacia donde realmente querés estar. De forma inconsciente, muchas veces construimos nuestros destinos sin darnos cuenta, y cuando caemos en eso, muchas veces largamos un suspiro por semejante acto de rebelión contra el reloj.

    Entonces, en esos actos de rebeldía, aparece el amor.
    Porque no existe algo más rebelde que amar cuando siempre nos dijeron que amar dolería, y encima la amamos delante de aquellos que juraron odiar al amor.

    Te vas a dar cuenta de que conociste al amor cuando notes que dejaste de mirar el reloj mientras le estás hablando.
    Porque te rebelaste contra tu rutina, porque dejaste todo de lado, aunque sea por un instante, simplemente para verla, aunque ella no se deba imaginar lo que nos hace sentir.

    Porque el ser rebelde muchas veces nos hace conocer al amor.
    Porque rebelarse contra los padres para verse con esa persona es un acto heroico para el sentir joven.
    Porque ir a amar y dejarse amar, aun habiendo crecido en un hogar donde se amaron de forma enferma y se lastimaron sin un perdón luego, porque nadie quería dejar su ego, es un acto de rebelión que merece ser premiado con amor.

    No conocí acto de rebelión más grande que ir en busca del amor.
    No conocí acto de rebelión más solitario que ir en busca del amor.
    No conocí una persona más rebelde que el enamorado.
    No conocí a una persona más rebelde que aquel a quien tacharon de cobarde en la infancia y hoy les puede dar cátedra de cómo saber si están enamorados.

    Entonces, el amor se conoce a través de la rebelión contra aquellos que nos dijeron que le tengamos miedo al amor.

    Amamos de la forma que creemos correcta, con la justificación de las tristezas que vivimos.

    Pero no seas como ellos. Sé mejor.

    Amá con el alma, no ames con el corazón, porque el corazón se puede romper, se puede manipular. El alma no.
    Nadie puede manipular nuestra esencia, y eso la hace única. Y al ser única, tu forma de amar será única.

    Nunca confíes en algo que se pueda ver, que se pueda tocar.
    Confiá más en las cosas que no se ven, pero se sienten como si fueran reales.
    El amor es una de esas tantas cosas.

    Amá a tu manera, y te juro, te prometo por mi alma, que siempre —pero siempre— aparecerá una persona que entienda tu forma de amar y, encima, la complemente aún más.

    Y eso es realmente hermoso.

    No te hagas el serio si viene esa persona y te saca una sonrisa hasta con el chiste más idiota.

     No te hagas el serio si te morís de ganas de que te trate de forma cursi y después darle un beso.


    Amá con el alma, no con el corazón.
    El corazón puede fallar, pero la intuición del alma jamás, y eso es una de las tantas bendiciones que tiene el ser humano:
    la intuición de que esa persona, es esa persona.

    Capítulo 3: El coraje de sentir

    ¿Te cuento un secreto? Yo también tengo miedo a ser amado.
    Parece que escribo como si tuviera más de 60 años, y tengo solo 23.
    Es muy doloroso no dejarse amar.

    Escribo esto para luego leerlo y ver si tengo la respuesta, pero escribo mucho y la respuesta que busco casi no la encuentro acá.
    Pero me hace demasiado feliz saber que, si alguien lee esto, tal vez se sienta más contento.

    Porque no existe cosa más linda que saber que tu dolor también fue vivido y superado.
    Nos hace sentir un poco más completos.

    En fin, tal vez me voy por las ramas.
    Tengo muchas cosas que escribir.
    Este escrito seguro sea uno de los miles que escriba.
    Este escrito quedará perdido en la historia de la humanidad, y es doloroso pensar que así será.

    Mi pasado me lastima, mi presente me castiga y mi futuro… ¿qué decir?
    Ni siquiera sé si tengo ganas de vivir.
    No le tengo miedo a morir; ya morí cuando entendí que toda mi vida está destinada a ser dolorosa, y encima de dolorosa, solitaria.
    Y encima de solitaria, dolorosa.
    Y así es el círculo de la tristeza eterna que pretendemos que sea curada por el amor.

    En fin, no sé más qué decir.
    Sé rebelde cuando de sentir se trate, y no te sientas en la obligación de dar argumentos cuando te pregunten por qué andás tan feliz.

    Las personas suelen envidiar a quienes viven la vida con paz.

    Recordá: tenés derecho a ser un poco tonto y pensar que la perfección del universo se personificó delante tuyo, que es un regalo pensado para vos.
    Tenés derecho a quedar como un tonto cuando te pregunten cómo está ella.
    Tenés derecho a ponerte rojo por los nervios.
    Tenés derecho a esa ilusión. Sos una persona que sabe cómo amar.

    Vamos otra vez : Tenés derecho a creer que la perfección se personificó solo para vos.

    Seamos idiotas enamorados, nunca idiotas lastimados.

     Sé inteligente.  Amá con fuerza, pero no a ciegas.

    Capítulo 4: La salud mental como deuda pendiente

    Mi pasado me lastima, mi presente me castiga y mi futuro… ¿qué decir?
    Ni siquiera sé si tengo ganas de vivir.

    La escribí para que tenga ese impacto agridulce que busco.
    ¿Para quiénes? Ah, ni idea.
    Seguro nadie lee esto. Capaz sí… una sola. Dos, con suerte.

    Sin embargo, quiero que quede claro que soy un abanderado de vivir la vida.
    Porque la vida es hermosa.
    La felicidad es adictiva cuando se comparte con las personas que más amás.

    Capaz esta parte no tenga mucho que ver con el tema anterior.
    Pero bueno, tengo ganas de usar este pequeño espacio para reflexionar sobre este tema doloroso que es no tener ganas de vivir la vida.
    Aunque lo nombre muy por encima, no significa que no duela.

    La vida merece ser vivida.
    Escribo tantos textos sobre la depresión y la felicidad.
    No me canso de hacerlo, porque hoy más que nunca se tienen que tratar estos temas.

    Noto cómo muchas personas conocen —o al menos escucharon hablar— sobre ciertos temas como: ataques de ansiedad, ataques de pánico, depresión, obsesión...
    Digamos, lo básico que hoy en día se ve en redes o aparece en charlas.

    Estoy contento de que eso sea así, de que nombres como "ataque de ansiedad" ya sean algo común.
    Sin embargo, noto mucha ignorancia a la hora de definir sus conceptos.

    Estamos en el camino correcto: ya conocemos ciertos nombres.
    Ahora necesitamos entenderlos.

    Entender la diferencia entre la depresión y una tristeza normal, que todo ser humano va a tener que afrontar alguna vez.

    Capaz pensás que hay que estudiar para diferenciar eso. Puede ser.
    Pero también tenemos a nuestra disposición la herramienta de la tecnología para averiguarlo.

    Pero ojo:
    No dependamos de una IA para saber qué le pasa al otro.

    Muchas veces no hace falta ser licenciado en psicología para escuchar a un corazón roto, o a una persona que viene con más problemas heredados de sus padres que otra cosa.

    Sigamos así. Vamos bien.

    La salud mental es fundamental para poder sentir la vida como el milagro que realmente es:
    desde esconderse de la lluvia con la persona que amás,
    hasta ir a un funeral de aquel familiar que siempre te juró amar.

    Capítulo 5: El dolor como puerta al entendimiento

    Tu vida merece ser vivida.
    Tu historia merece ser reconocida.
    Tu tristeza puede ser la salvación para aquel que perdió todo.

    Por eso escribo.
    Porque tengo la esperanza de que mi tristeza puede ser el camino a la salvación para esas personas que piensan que la vida no tiene sentido.

    Deduje hace mucho tiempo que una persona egoísta también puede ser aquella que pasó por dolores muy grandes y no los comparte.
    Y está bien, tampoco tenés la obligación de que todo el mundo sepa tu historia.

    Pero a lo que me refiero es que es egoísta no ayudar a alguien que te está contando justo la misma sensación de desesperación o de tristeza que vos superaste.
    Y encima no lo ayudás.

    Ayúdalo.

    A veces, un cumplido sin elegancia, dicho de imprevisto, puede salvar una vida.



    Expresate.
    Capaz al principio largas todo de forma rápida, caótica, hasta inmadura.
    Pero no pasa nada.

    El comienzo de la sanación no suele ser elegante ni madura.
    Suele ser desordenada, torpe, y profundamente humano.

    Porque mereces ser escuchado, incluso en tu caos.
    Especialmente en tu caos.

    Tratemos de buscarle sentido a nuestra historia para poder vivir en paz.
    Tratemos de ayudarnos.
    Tratemos de no dejar pasar por alto actitudes que hacen que veamos a una persona conocida como alguien totalmente desconocida.

    Capaz ahí tengamos una señal para salvarle la vida.



    ¿Y si todo este tiempo nada fue más hermoso que sentir esos dolores en el alma para poder entender que la felicidad, aunque sea por instantes, existe y está en esas cosas que pasan desapercibidas por aquellos que jamás sintieron un dolor verdadero?

    Si vivir fuera tan fácil como lo es para mí escribir,
    creo que preferiría estar muerto.



    Ser jóvenes y no ser una revolución es una traición




    La intuición del alma y la esperanza

    Lo que queda cuando el amor duele

    —Tal vez el alma solo aprende a amar de verdad cuando la vida ya la ha roto, y aun así elige seguir sintiendo, aunque sea con los pedazos.

    —No hay peor sensación que amar con miedo.
    —Sí la hay —susurró el otro—: no haber amado nunca.

    Se lo dijeron dos almas que se cruzaron apenas un rato… y se quedaron para siempre en el recuerdo. Porque a veces el amor no necesita durar una vida para quedarse grabado en ella. A veces, basta un instante para cambiarlo todo.






    “La sabiduría y las palabras bonitas tienen un castigo, que es el realismo que muchos no ven.”


    Tongas24

    Comentarios

    No hay comentarios todavía, sé el primero!

    Debes iniciar sesión para comentar

    Iniciar sesión