Edecanes Roabastianos; declamación evanescente.
El cadáver del maestro es arrojado al río Paraguay
y su cabeza ensartada en una pica se exhibe en la plaza pública,
el bronce de sus estatuas no le hace justicia
y las odas y loas se amontonan este día
en que brotan emanaciones místicas de ebúrneos susurros ;
Supremo, yo.
Construcciones elementales de la patria decimonónica
en impulsos inaprensibles de virtud fantasmagórica
que atormenta con truenos y relámpagos a los sucesivos regentes
que emulan su imagen de dictador elocuente con infulas de sabio
famélicos soldados escondidos en las trincheras
de la guerra total aniquiladora de pueblos
dos veces su sangre derramada
dos veces campos de gloria
abarrotados de muertos
la estirpe roja hecha pedazos
blancos ojos desorbitados bajo el azul cielo
entrañables relatos de la tradición oral
sobreviven la tragicidad en los sucesos
ardiendo en las piras de la historia
¡Exilio!
ostracismo que ofende a las masas populares
por recordarles a los gobernantes sus pies de barro
y los cañones ahora son mieles
y las bayonetas se derriten desapareciendo
los cerebros y voces protestantes
durante décadas que se deshacen y se rehacen
en inusitadas añoranzas culturales.
Soldado Desnudo
Escribo en todas las superficies. Las palabras brotan sin significados, son el cúmulo olvidado y de ellas me alimento.
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