Dejar de buscarr sentido todo el tiempo también es sano
May 22, 2025
A veces siento que vivo corriendo detrás de un hilo invisible. Como si cada cosa que me pasa tuviera que tener una razón, una enseñanza, un propósito mayor. Me acostumbré a preguntarme todo el tiempo para qué, por qué, hacia dónde. Como si no entender lo que estoy sintiendo fuera un problema que tengo que resolver cuanto antes.
Pero últimamente empecé a sospechar que ese impulso de buscarle sentido a todo también puede ser una trampa. Que no todo lo que me duele necesita una explicación. Que no todas las cosas que pasan tienen que transformarse en aprendizaje. Que a veces, simplemente pasan. Y que está bien.
En algunos días de más calma, cuando no estoy tratando de entenderme tanto, me doy cuenta de que esa obsesión por encontrar un significado no siempre nace del deseo de conocerse, sino del miedo a perder el control. Si le pongo palabras a lo que siento, si lo encierro en una lógica, entonces ya no me abruma tanto. Si le encuentro una función al dolor, entonces duele un poco menos. Pero también me alejo de la experiencia real, la que no necesita ser útil, ni coherente, ni explicable.
Hay un cansancio que no viene del cuerpo, sino del alma, y creo que muchas veces nace de esa exigencia constante de transformar todo en algo que tenga sentido. Vivimos como si no tuviéramos derecho a sentirnos tristes sin entender exactamente por qué, como si cada bajón tuviera que derivar en una revelación. Y no. A veces estamos tristes. Y punto. No hay epifanía. No hay evolución. Solo estamos ahí, transitando lo que toca.
Aprendí —o estoy tratando de aprender— que está bien no saber. Que no todo tiene que servir para algo. Que hay días que simplemente son pesados. Momentos que no significan nada más que lo que son. Emociones que no necesitan ser interpretadas, solo escuchadas. Y que en esa aceptación simple y sin vueltas hay algo profundamente reparador.
Tal vez el sentido no sea algo que se busca. Tal vez aparece solo, cuando dejamos de perseguirlo con tanta desesperación. Cuando dejamos de leer cada escena de la vida como si fuera una pista escondida. Cuando soltamos la necesidad de que todo tenga una narrativa. A veces, las cosas más importantes se sienten después, no en el momento. O no se sienten nunca. Y también está bien.
No saber qué estás haciendo con tu vida no significa que estés perdiendo el tiempo. Tal vez simplemente estás viviendo sin plan, sin estructura, sin justificación. Respirando. Siendo. Y quizás eso sea más valioso que cualquier explicación que puedas encontrar.
No siempre hay que entender. A veces, solo hay que dejar pasar el díaae.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión