I.
las aves, los árboles y las nubes
por su altura alcanzan a oír
en murmullos, oreja pegada al umbral
el dialecto de los Dioses
el acento celeste
la melodía de un benteveo,
la sombra de un roble,
la lluvia exprimida sobre el suelo,
es la mayor cercanía
que podemos intentar
a ellos voy cuando necesito
crear un lenguaje nuevo
ejercito la diglosia humana divina
que guarda la luz para los afectos
II.
sin embargo
la lengua se quiebra
balbucea
siempre algo de vos se me escapa
siempre me descubrís un truco nuevo
esta es mi apuesta:
la seducción
esa distancia, el espacio mínimo
y necesario para el tango
la palabra a punto de decantar
y la espera
esa cercanía lejana que hace Dios al dios
que hace Amor al amor
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