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Atrapados en la fiesta Cultista

Jun 9, 2024

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Atrapados en la fiesta Cultista
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Emana el alba sosegado letargo de la desaparición de los sueños, cargaba el día todo el peso de la última jornada laboral y primera merecida (e inmerecida por que todos habitamos la eternidad) tanda de ocio. Continuaba la coreografía magnificada de los movimientos y la agitación, se originaba dentro de los subjetivismos el plan de entretenimiento venidero, reinaba la objetividad en la mecánica operatividad del día a día. Surfeando plenamente la extensión del universo, dos muchachos hablando:

- Siiiiii vieeeejooooo, esta noche ya es la ondaaaa...

-...

-...

-Coooongaa.

Ambos asienten y sonríen de manera muy estúpida, rozando la representación demencial y no se dan cuenta de que el humo de su pitillo molestaba a todos a su alrededor, especialmente a la personas viejas. Locas coincidencias harán que todos sus planes resulten en lo anverso proporcional a sus aspiraciones. Se despiden pisando la tuca y el más frenético cirquea a un molesto señor curioso.

Marcos no sabe lo que trama hacer Lucas. Lucas siempre piensa en sí mismo primero.

Cruzando la marea de personas enfrentadas en el transporte público, circulando con su dinero, para hacer más dinero, para alguien que ya tiene suficiente dinero, diez horas de nuestra vida casi todos los días, igualdad de aburrimiento, prosperidad vacua. Así circulan nuestras aspiraciones.

Largo día cuando piensas en que termine, reflexionó un momento Lucas, cuando llegaba caminando a través de un camino vecinal, adentrándose al conveniente pasillo que conectaba media cuadra en ambas calles. Sabía cual puerta golpear la cantidad exacta de veces haciendo determinado silbido jocoso de alguna canción vieja.

Bailoteo conocido, una transacción memorizada, intercambio de valores en una jornada. Se hacía tiempo mientras ganaba la calle, golpeaba al suelo con el rítmico ciclo de su caminar, una coordinación exaltada de entusiasmos. Suspiraba pensando...

-No mires tus manos, no sientas ni calcules nada.

-No palpes, no estimes, no sueñes.

Daba vueltas la brillante joya del deseo, poseía en sus manos el poder de la dependencia. Sin saberlo ya estaba ejerciendo un uso.

Marcos giraba tuercas, apretaba tornillos, exageraba los estilos narrativos del tecnicismo al contar su día como la heroica representación de laboriosidad, él solo lo había resuelto todo, él mismo armó todos los dispositivos, dominó los circuitos, instalo las bombas y los cables.

Y si dejabas que te hable mucho tiempo, iba ascendiendo la magnificencia de la reparación, bombarderos, tanques, mentiras...

Esa era su debilidad, le gustaba sentirse escuchado, una vulnerable y genuinamente entendible condición.

Por la atribulada naturaleza de este cuento nos vamos a valer de este recurso para plantearles lo acontecido;

Por la vía principal de acceso a un pueblo frutillero, al costado de la ruta y por el camino de tierra, una celebración en campo abierto. Sound System enorme de vibrantes proporciones haciendo temblar a las personas que rodeaban un largo círculo de diversión en el radio de sus integrantes.

Baila la gente sobre la tierra, sobre conservadoras, sobre sillas, sobre autos, bailan acostados, saltando, peleando, gritando, estallando en conversaciones animosas en gritos, en alaridos.

La festividad se había improvisado para celebrar algún rito desconocido en los misterios eleusinos del Paraguay nómada y aborigen. A ambos jóvenes los habían invitado los demás jovenes que conocían del campus. Gente rara. Siempre se dijeron.

Hipnóticas melodías los envolvían, no percibian sus propios pensamientos, eran parte de la corriente universal del cosmos, colectivo inconsciente, subconscientes esparcidos en los destellos de sus palabras;

-"y si en mi corazón hubiere alguna calma,

será desesperanza tranquila, solamente"

-Chaaaa maaan te vibran las paaalmaaas locooo

Se aumentaban las circunsferencias de sus pupilas, latía el ritmo del corazón y encontraron ambos el momento de ser felices por última vez. Sinestesias imaginarias corrompían la elaboración y representación de la realidad en la mente del conocido mentiroso, probablemente fué una muchacha la que se lo llevó primero, cuando la soledad fue percibida en el divague de la otra mente muy ocupada en figurar su locación.

-Muy loo me pegó

-...

...

...

-Alciiiideeees, Alciiiiideeeees.

Casi un susurro..

-Marcos ko era nde boo

-See toka too se haaabla él.

No sabía que estaba en una amplia carpa organizada un poco más lejos de los ritos, hacia el bosque, cerca del agua. Si bien oía el arroyo, su mente interpretaba las emanaciones acuaticas como la sinfonía de algún viejo ilustrado. Su cicuta fué un vino acartonádo con dos suaves gotas de lisergia.

Palabras romanas y griegas fueron recitadas. Algunas voces exteriores rezaban (o parecían rezar) en guaraní.

De repente un silencio y un rayo, o un destello, una emanación de fuerza y voluntad ejercida en los múltiples colores ascendentes. Se irradia la sangre de los individuos, unidos en cándido sueño se despiden de sus habitáculos telúricos, ven sus propios cuerpos levitar hacia el gran espíritu que emanaba calor, fuego divino, ideas muy claras. Presintieron la muerte y supieron del sacrificio hacia los dioses astronómicos; Ñamandú, Jakairá, Karaí y Tupã.

voces y cantos a través de los tiempos, mitos ancestrales en ocho palmeras alrededor de los puntos cardinales, olores de incienso, aromas yerbales.

-Y de toodoos los lugares del mundo, nos tocó acá.

..

..

..

-¿Kpe vos pio soñaste lomismoité que yo?

..

...

..

-¿Que nos mataron todo esos hippies?

..

..

-Algo así jae chupe.

Soldado Desnudo

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