I
Yo también quiero tener la oprtunidad de crecer, de florecer; todos queremos. Yo sé dónde está, dónde la puedo cazar, está medio lejos, pero ahora si la veo, efectivamente la veo; no como antes, tuve que seguir subiendo para que la misma colina no me tapase el horizonte.
Justo en la primavera me dieron ganas de florecer, como el lapacho amarillo, aunque sea un palito tiene sus dos florcitas. Yo también quiero florcitas, yo veo un futuro, y él también me ve en uno. Los deseos son más cercanos.
¿Seré más sencilla? ¿Menos pretenciosa? ¿O será que me di cuenta lo que realmente quiero? ¿O será que voy creciendo, y puedo agarrar la pelota cuando se me va al techo?
Sé que querré cosas cuando crezca, como ahora; está bueno... quiero cosas... quiero a alguien... no me pasaba hace mucho, eso de... de querer, de desear.
II
¿Por qué no se medio eso en el momento en que lo quería? ¿Por qué no pude concretarlo en el momento ese, que parecía tan adecuado? ¿Por qué no me pude quedar observando al lapacho amarillo, toda la vida? ¿Por qué no se me dio en el exacto momento en que lo quería?
Tal vez eso me llevó a dejar de querer cosas.
Sigo viendo y teniendo la oportunidad, pero tengo que atravesar todas estas preguntas cada semana, soportar los pensamientos, los juicios de valor, soportar la incertidumbre???
hacer un salto de fe dentro del salto de fe
caí, caí bien, sin ninguna clase de expectativas; caí en una cómoda y suave, pero al fin y al cabo, realidad; y ya no es cómoda y suave, es algo que me quedó viejo.
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