mobile isologo
buscar...

Ya son tantos....

Dolbach

Mar 5, 2025

86
Ya son tantos....
Empieza a escribir gratis en quaderno

Un seis y un uno.

Es la cosa de vivir, un extraño suceso, un asunto extraordinario. Para que uno sea han de darse tantas circunstancias, que ser es casi imposible. De andar uno en creencias religiosas, podría calificarlo de milagro.

Vivir es misterio, es gozo, es sorpresa, es sufrimiento.

Vivir es esperanza y duelo.

Siempre me consuela, cuando lo de vivir tiende al negro, el pensar que soy universo. Pensar que lo que en mí se sustancie es una parte ínfima de un todo enorme, precioso, violento. Imperfecto.

La imperfección es el origen de todo. No cabe esperar que vivir sea bello a tiempo completo.

Temo, eso sí, la enfermedad, y ser un día incapaz de subirme al caballo de mi independencia.

No es la muerte mi tormento, pues entiendo que morir es seguir el viaje en el cosmos, en la totalidad.

Ya no seré Vicen, pero algo fui antes de serlo y luego, seré algo nuevo.

Es extraño esto de vivir.

Más que nada, sufrir.

Ya en la niñez consciente, aunque lo básico no falte, uno se acostumbra a percibir carencias. Todo son límites. La ropa escasa, el calzado único, juguetes de producción propia, la tele se pone lo justo, no hay para chocolatar la leche; para una bolsa de kikos da la paga del domingo...

Y obligaciones: paja para la mula, coger aceitunas del frio olivo, cortar mimbres, cavar el huerto, la odiosa escuela con el odioso maestro...

Y así sigue la vida, entre carencias inventadas, inculcadas, y obligaciones aceptadas, impuestas por esas carencias.

Sí, hay algún rato bueno.

Vivamos.

Vigas rotas.

Hay, en la casa semi hundida, una alacena desbaratada en lo que fue en otro tiempo, la cocina. En esos tres platos de desconchada porcelana, en el lugar que ahora es para el polvo, hubo algunas veces sopa caliente y judías con chorizo. Frente a la chimenea, todavía con el hollín de tantas lumbres, se escanciaron, a la noche, vino y penas. Quiero pensar que también hubo alegrías.

Hay también, en otro cuarto, colgado de la pared, un marco de madera con la imagen de una virgen, de Fátima, dice el pie de foto. Devociones.

Un orinal que seguro tuvo el techo de una cama, duerme ahora bajo las estrellas. Ya no le llueve caliente nunca.

Siempre que veo estas ruinas, me acude una triste nostalgia. Todo lo abandonado ahora entre polvo y casquijo, fue importante para alguien durante algún tiempo, al menos en algún instante.

La casa de la Venancia albergó tanta vida como nuestras propias casas. Y ya no queda.

No queda nada.

En fin, otro cinco, salto y brinco.

Cada vez más solo pues se me fue el amigo. Cada vez más, por eso y mi cuello y mi espalda, más dolorido.

Tengo, eso sí, a mis dos; sin su comprensión, amabilidad, cariño, este vivir solo sería castigo.

No soy tan viejo, me digo, pero no soy otra cosa que lo vivido.

Solo queda seguir camino.

Dolbach

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión