Con un desorden que lo llena todo,
pero nada es mío.
No tengo nada,
yo no estoy en ninguna parte.
Doy vueltas
y me termino encontrando en el mismo punto.
Soy presa,
estoy en una jaula
de 2x2,
chiquita,
diminuta,
apretada,
deforme.
Tengo los brazos atados
mientras la nada llena mis dedos.
Atrapada, con las uñas clavadas en las palmas.
No lucho,
¿para qué?
Si cuando escapo
doy vueltas en este laberinto
y vuelvo al mismo punto.
Las manos atadas,
no lucho,
¿para qué?
Si todos avanzan
y, aunque parezca que corro, no me muevo.
Ni siquiera los arrepentimientos
me dan fuerzas
para terminar de apretar la lengua con los dientes
y ahogarme en mi propia mierda.
Aunque me miras apacible
con tus bellos ojos,
estoy perdida,
desecha.
mi mente me carcome.
Ya no lucho,
respiro la culpa
de vivir
cuando no tengo nada.
No soy
nada más que
carga.
Ya no lucho;
estoy acostumbrada a estar en la mierda.
Me falta madurez,
vaciar el maldito vaso,
callar.
¿Qué importa?
Vacío,
¿qué importa?
ya no hay nada
Ya no lucho,
no tengo fuerzas
para apretar la cuerda
que me sostiene el cuello,
porque hasta para morir hay que luchar:
hay que tener determinación,
vitalidad,
metas,
y yo no tengo nada.
Estoy presa
en esta cárcel de 2x2,
esperando
con los vicios,
con el vacío,
con la tristeza,
y las manos en la espalda,
atadas,
esperando,
solo esperando.
Ya no lucho,
¿para qué?
Si soy la burla de Dios,
el maldito bufón del cielo,
si ya agoté
la vitalidad de mis rodillas,
las palabras,
los deseos.
No me queda nada,
solo estoy yo en esta cárcel de 2x2,
disfrazada
con la sonrisa pintada,
pequeña,
diminuta,
apretada,
deforme.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión