No sabré si puedo hasta el último instante. Sólo sé que apenas recuerdo los últimos días en los que fuí feliz. A medida que pasa el tiempo la visión va repletandose de recuerdos tristes de una vida incompleta, solitaria, inmerecida, miserable, triste y, de las peores cosas, sin ganas. Todo es a un cuarto de máquina, todo es con el desgano de que nada sirve, nada alcanza ni va a alcanzar porque me demostraste tantas veces que absolutamente todo de mí valía nada que mi espiritu está muerto dentro de un cuerpo vivo que no es no es más que un instrumento de mi plan manifiesto.

¿Dónde está mi vida?
No cualquier vida, yo quería la mía. Las palabras cuando no hay salida, ni las palabras. No puedo más con tanto dolor ni deshumanización.
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