Lo siento, no pude soltarte.
Hace tiempo que no puedo tocarte, pero sigo aquí, en los granos que rozan tu piel.
¿Soy egoísta al no desvanecerme?
Quizás sería mejor que me olvides, Pero
¿cómo pedirte eso, si yo tampoco quiero dejarte ir?
Te observo desde esta tormenta, cargada de recuerdos que pronto olvidare.
¿Y si decides quedarte?
No quiero ser la razón de tu prisión, ni el peso en tus hombros que arrastre tu alma hacia el pasado.
Quiero que seas libre, aunque eso signifique desvanecerme.
Pero si decides quedarte, te prometo que estaré en cada grano, en cada susurro, hasta que el viento nos arrastre juntos hacia el silencio.
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