de noche puedo verte en mis sueños,
entre tinta y papeles rotos
te apareces como un espejismo,
reclamando tu lugar,
lugar que un día decidiste dejar
cada domingo en misa te rezo pidiendo que vuelvas,
desearía tocarte una vez más
y así sanar mi dolor
tocaría tus manos
y después las usaría como vendas para esas heridas que niegan sanar
rezo, rezo y rezo deseando olvidar,
pero no puedo, señor
intento dejar de hacerme daño,
pero cada vez que miro esa fotografía que guardo en mi cajón, no puedo evitar imaginarte feliz y riéndote sin mí
entonces el ritual empieza,
el dolor alivia lo que el tiempo se niega curar
ellos me observan en el templo,
pálido y moribundo en un rincón,
repitiendo una y otra vez las mismas frases,
y pido perdón por llamar tantas veces a tu nombre
y un día decidí atar mi bicicleta a un puente,
dejé mi teléfono,
bailé descalzo entre fantasmas y recuerdos,
lloré y agradecí al cielo
la gente grita cuando me ve,
salto y caigo al vacío
hace frío, mucho frío, y te imagino envolviéndome entre tus brazos
soy un triste fantasma, producto de algo no correspondido
¿quién soy?
¿quién soy yo, señor?
¿quién soy yo sin él?
soy nadie
y cuando alguien no es nadie,
no existe
y cuando alguien no existe,
no ama
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión