Y así se las cuento.

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Sotanas, poltronas y trincheras.

Los seminarios, por lo visto, están casi vacíos. La vocación escasea. Se ve que Dios no habla tanto como hablaba. No se da a despertar la fe. Nadie escucha su llamada.

¿Por qué?

Cultura, se llama.

Cuanto mayor es el nivel de pobreza e incultura, mayor es la devoción de las gentes.

Son hechos constatables.

A cualquier religión, para tener éxito, le interesa el analfabetismo y sus vecindades: no analizar, no tener criterio propio, no informarse, no buscar la verdad. No pensar.

Algo así pasa y ha de pasar con otro primo de la fe: Las fuerzas armadas.

Ejército y Guardia Civil arrastran un lastre de fascismo franquista que no acaba de desaparecer y que, VOX mediante, en los últimos tiempos va a más (y Tejero denunció a Sánchez).

Y otro tanto va en la fe de muchas y muchos partidarios. Se vota al partido de toda la vida, porque es el de toda la vida. Da igual su currículum delictivo, mentiroso, de mal gobierno: "Son los mios y sea como sea, voy con ellos".

Mientras esa sustancia no desaparezca de las Instituciones, de la mente no pensante del feligrés, del convencido sentir del militante, del pertinaz hacer del votante irracional; mientras sigan las armas siendo portadas por tanto nostálgico de lo peor de nuestra historia (fuerzas del orden y monterías), España seguirá corriendo un grave peligro de involución.

No basta con que los seminarios tengan que cerrar, han de quedarse sin soldados los cuarteles, sin público las matanzas de toros, sin votantes los partidos mentirosos (PP/PSOE).

El Ejército español ya traicionó y masacró a su Pueblo. La Iglesia perpetró su falsa piedad contra el Pueblo llevando bajo palio al criminal dictador. El bipartidismo ha sido una lacra para España (ytumás, querido enemigo mío).

Este país sería un gran lugar si allá arriba, en los escaños, en los púlpitos, en los mástiles de las banderas hubiera habido una sensata decencia. Y aquí abajo, un Pueblo formado, crítico, solidario consigo mismo y no pusilánime y aborregado.

Pero así, ESPAÑA ESTÁ ENFERMA.