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Y al final, ¿qué es la locura?

Oct 7, 2024

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Y al final, ¿qué es la locura?
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La “locura”, según el diccionario, se define como “la privación del juicio o del uso de la razón”. En un sentido psicológicamente más amplio del término, refiere a un desequilibrio mental que se manifiesta en una percepción distorsionada de la realidad -como si no tuviéramos una realidad bastante distorsionada, pero eso quedará para otro día-, a la pérdida del autocontrol, las alucinaciones y los comportamientos absurdos y sin motivo. La locura es pensada como una enfermedad mental.

En 2021, en una clase virtual de la carrera de periodismo de la UNDAV, el escritor Alan Robinson nos dio una charla con el recordado Vicente Zito Lema. Al escucharlo, me hizo pensar. Desde entonces supuse que podría haber otro concepto de la “locura”. Y he llegado a varios ejemplos para fundamentarlo.

Antes, unos datos de Alan: él es escritor, dramaturgo, actor, profesor de artes dramáticas. Actualmente enseña literatura, finanzas y psicología social. Además, estuvo internado en un loquero donde fue torturado. Tras esta experiencia, él se muestra muy crítico de los loqueros, de la psiquiatría y la psicología, aludiendo que ambas son “síntomas de la enfermedad capitalista, la enfermedad industrializada”, y que los psiquiatras son “personas peligrosas que pueden destruir proyectos de vida”, autorizando que te encierren en una habitación, te aten a una cama, te pongan chaleco de fuerza o hasta que te den un electro-shock.

Ese otro concepto de la locura supuse que puede asemejarse con lo que creemos como la libertad, la creatividad, la transformación, la rebelión, la revolución. Y de esos ejemplos, tenemos unos cuantos. Empiezo por Charly García, quien además de convertirse en un ícono del rock argentino también se convirtió en tal mediante sus propios episodios de locura, como tirándose de un noveno piso hacia el agua de una pileta. Un verdadero acto de una completa pérdida de razón o por qué no de una transformación. Y como parte de su ingenio y creatividad está su talento para la música, por esas hermosas canciones que supo componer durante tantos años y muchas veces hemos cantado y seguimos cantando.

Otro argentino que sigue por esta senda es el Diego. Su ingenio y talento para crear y definir jugadas, para dejar una huella no solo en el fútbol, para marcarnos por toda la eternidad, para rebelarse como lo hizo el 10 dentro y a veces fuera del verde césped. Había que estar loco para desparramar ingleses por doquier, o para tirar algún latiguillo que quede en la memoria, como el de la tortuga que se escapa. Y con la magnitud de su figura, se rebelaba contra el poder, siendo el vocero de los futbolistas, de ideas progresistas, o el defensor de Derechos Humanos, como cuentan quienes lo idolatran no por lo que hacía jugando. El Diego cumplía con todas estas posibles acepciones de la “locura”.

Edgar Allan Poe dijo alguna vez que muchos lo trataban de loco debido a que padecía un trastorno de bipolaridad, y apuntaban que tenía una tendencia a estados depresivos. Y hablamos de alguien considerado como uno de los mejores narradores de la historia de la literatura. Es otro buen ejemplo en donde se relacionan las enfermedades mentales con la creatividad, el ingenio, o aquel talento o característica que permita a uno trascender mediante su obra o sus ideas.

En la música hay varias canciones donde se toma la concepción de ser loco o loca como un detalle  positivo a resaltar, o a la locura emparentándola con el amor. “Me gustás así de loca, inestable y caprichosa”, decía Chano Moreno Charpentier en la canción “Loca” de Tan Biónica. Carlos Rivera, intérprete mexicano, tiene una canción titulada “Amo mi locura”, donde la letra también refleja al enloquecimiento como sinónimo de libertad. “I go crazy for you, baby” expresaba Steven Tyler en “Crazy” de Aerosmith. “A mí me volvió loco tu forma de ser”, estribillo de una de las canciones más conocidas de los Auténticos Decadentes. Estos solo son algunos ejemplos.

Jalil Gibrán, poeta libanés, escribió un poema titulado “El Loco” (“Cómo me convertí en un loco” en “El Loco: Parábolas y Poemas”, 1918). Gibrán entendió que es mejor no ser comprendido porque quienes nos entendiesen no serían libres. Entender a alguien puede referirse a comprender sus limitaciones, sus represiones. En paralelo con los posibles nuevos conceptos de la locura, esas limitaciones, represiones, esa esclavitud pueden ser otras acepciones de lo que conocemos como “el orden”, “la cordura”. A la cordura se la define como la capacidad de pensar y obrar en buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad. Todos los extremos son malos. Por lo tanto, si el exceso de locura no es bueno, el exceso de cordura tampoco lo es. Porque de ser así, no habría creatividad, no habría transformaciones, no habría revoluciones y tampoco habría libertad. Esto también lo pensé a partir de Alan Robinson y el título de uno de sus libros: “El Cuerdismo”.

Con todo esto, no perdí la oportunidad de tocar este tema en algunas de las charlas que tuve con algunos músicos en entrevistas para la Revista El Bondi. El primero fue Valentino Macchi, conocido como El Tío Valen: venía de sacar su segundo disco titulado “Apología de la locura” y su banda es conocida como “el Sindicato de la Locura”, por lo que le pregunté qué concepto tiene de la misma. Esto dijo:

Es un poco para mí, al menos el concepto que yo le encuentro, el sentido que yo le quiero dar, el ir contra la normalidad y contra lo estándar. Eso es un poco lo que yo quería decir. Es verdad que se puede tomar como la locura psiquiátrica, que ya es un poco más sensible el tema como para decirlo así nomás, pero yo me refiero a ir en contra de la normalidad, de los estándares, de lo ya preestablecido, de lo que está bien y está mal. Como que no hay mucho límite ahí. La libertad tiene que ver con lo que yo quiero plantear de “sé vos mismo, no importa que digan que estás loco”. Esa es la idea. Después está el tema de la locura que ya es más peligrosa y dañina, y no quiero hacer apología a eso. Pero sí a ser uno mismo, siempre y cuando se respete al otro.

En vísperas del lanzamiento del disco “Irreal”, estuve con Alejandro Kurz de El Bordo. La banda tiene una canción titulada “Algo más”, en donde pronuncian “Si combatiera la locura, no habría Lennon, Maradona y muchos más”. Al respecto de lo que es para ellos la locura, Ale comentó:

Es amplio. Lo que tiene de lindo esa canción es que la escribimos en 2003, con el Diego recién retirado, casi que todavía era un jugador. Entonces, la locura era el desparpajo ese que tenía, por ejemplo cuando se pintó el mechón amarillo, las declaraciones que hacía… Y Lennon también era un tipo irreverente que durante la Guerra Fría tenía una pareja oriental, y era como una cruza que no estaba permitida de alguna manera. No estaba prohibida pero tampoco era algo usual. Son personas que rompen con lo establecido, y creo que si nos atenemos a lo que es correcto, a lo que es normal, nos estamos perdiendo de una gran parte de la realidad que es la genialidad. Y esos seres que tienen ese plus de locura nos aportan esa genialidad. (…) Me parece que necesitamos que aparezca alguien que en vez de una línea recta haga un mamarracho y que les dé carácter, profundidad, otro viaje a lo que nos están queriendo hacer que consumamos todo el tiempo. Me parece que estas personas dan saltos de realidad y nos llevan a lugares distintos, y eso es necesario.

Este año estuve con el reconocido artista urbano Dani Ribba. Tiempo antes, sacó una canción llamada “Loco genio”. En esa charla, Dani dijo:

La locura yo no sé bien qué es, pero creo que el loco y el genio tienen mucho que ver y de hecho el nombre de la canción en principio no sabía si poner “Loco o genio” o “Loco genio” porque para mí van de la mano. No es “loco o genio” sino las dos. Creo que para ser un genio tenés que estar un poco loco y para estar loco tenés que ser un genio también. Hay mucha gente que vos decís “fuah, este chabón está re loco” y en realidad solo tienen un montón de información que quizás uno no llega a verlas. Entonces, está por ahí, siento que van muy de la mano. La locura siento que es el no percibir el riesgo de las situaciones y hacer las cosas por instinto.

En 2022, haciendo notas para El Numeral, también lo charlé en una entrevista con la Licenciada en Psicología Ayelén Marco:

Yo creo que tiene que ver con cómo liberamos la creatividad y qué necesitamos para hacerlo. Dicen que las mejores canciones de amor son todas de desencuentros amorosos, de desamores, engaños y amarguras, porque encontramos la inspiración en el momento en el que nos sentimos mal con todas esas emociones que están en búsqueda de salir por algún lado, y salen a través de la inspiración, de la creatividad, del arte, de la música, de la escritura, de la pintura, de lo que sea. Pero ¿es necesario llegar al punto de la enfermedad mental, de la depresión, de la esquizofrenia, de la alucinación, de las drogas, para encontrar esa inspiración?

Ahora me pondré más polémico: en una sociedad donde se permiten ponderar a ciertos locos, algunos llamaron a elegir al “tipo normal” por sobre otro “loco”. Sin embargo, el supuesto loco ganó y es el actual presidente argentino. A él sí lo tratan despectivamente como un “loco”. Pero tal vez su cuestión no pasa por la locura, concretamente. Vuelvo a traer a Alan Robinson, quien en una entrevista radial con Franco Torchia, daba su mirada sobre Javier Milei, a quien lo definió no como un loco, sino como un “supremacista”, alguien que, por su sexo, poder adquisitivo, color de piel, etc., se considera superior a otras personas. Si la "locura" que manifiesta Milei es revolucionaria, creo que es evidente. Después hablamos de si lo ha sido para el bien de la gente o no.

Creo que con todo esto planteado, estaría buenísimo profundizar más la discusión hablándolo con expertos. Por lo pronto, en esta Semana de la Salud Mental, y con la información del cierre del Hospital Lic. Laura Bonaparte, creo que sirve traer un poco a colación estas miradas.

Y para ustedes, ¿qué es la locura? Comenten que los estaré leyendo.

Eze Fernández

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