Vulnerable

Me cuesta mucho arrancar este texto.

Primero, porque mi mente se esfuerza en buscar una forma y relato claro.

Una forma. Un límite. Un estilo. Un contexto.

Algo entendible. Algo palpable. Algo controlable.  

Un “cómo”.

Y con el “cómo”, aparece el “por qué”.

Y en el “por qué” no conviene quedarse mucho…

Vamos al “qué” quiero contar hoy.

Qué quiero bajar a papel… o a letras y palabras mejor dicho…

Estas semanas fueron absolutamente intensas.

De una intensidad casi insoportable.

Una intensidad, que nubla percepciones, que te deja flotando vaya a saber uno dónde.

Flotando en el éter.

De no entender. De no terminar de procesar lo que esta sucediendo, lo que te están diciendo, lo que estas viviendo.

Me encuentro en ese vacío del no saber.

Y hoy… no sé cómo.

De a ratos, floto en confusión.

De a ratos, floto en angustia.

De a ratos, floto en esperanza.

De a ratos, floto en razón, pensamientos y estrategias.

De a ratos, simplemente floto, sin ganas de pensar en nada, sin ganas de escuchar nada, sin ganas de decir nada.

Y es que cuando la vida se vuelve tan real, tan finita, tan tangible, uno se vuelve humo.

Duda.

Vulnerable.

Absolutamente vulnerable.

Cuando la vida, te recuerda, que todo lo que das por sentado, día a día, puede cambiar de un minuto a otro, te sentís diminuta.

Te sentís indefensa.

Estas semanas, la vida, me recordó que las personas más importantes de mi vida, también son vulnerables.

La vida, me recordó, que todo lo que soy hoy, es en gran parte, por mi mamá.

Que mi resiliencia, nace de ver a mi vieja tolerar uno y mil procesos re intensos. Con fortaleza y siempre con ternura para contener, aún, un poco más.

Que mi inmensa capacidad de amor y cuidado, nace de la persona más dedicada a cuidar que conozco.

Que mi creatividad, nace de las miles y miles de horas de artesanías, cuentos… De inventar recursos cuando no había y ser felices igual.

Que este mismo texto, mis poemas, relatos y cuentos, nacen de su insistencia y cultivo paciente de lectura, de comprarme libritos…

De contarme noche tras noche cuentos a pesar de que se cayera de sueño invitándome a soñar con mundos e historias... con rimas y cantos…  

Que mi inmensa ternura y empatía, nace de verla a ella ser así con casi todos los que conozco.

Que siempre me incentivó a ser compasiva, a pensar en el otro. Y así no tuviéramos un mango, con algo siempre podíamos ayudar.

A ser escucha activa siempre, a prestar el hombro para llorar, a abrazar profundo cuando algo dolía, a emocionarse hasta las lágrimas con los logros alcanzados. A compartir, siempre.

La vida, me recordó, que mi mamá también es vulnerable.

Que toca cuidar a la que cuida a todos.

Que toca ser fuerte, con la que es fuerte para todos.

Que toca ser empática, con la que siempre piensa en el otro.

Que toca acompañar y abrazar un momento vulnerable, para que cuando todo esto pase, tengamos una nueva conquista juntas.

Una conquista ganada, como siempre, desde el amor.