Todo pasa pero nada llega, quedo varada en medio del vacío, mirando desde lejos el viento pero no tanto como para que deje de volar mi pelo.
Camino en la incertidumbre y la desesperanza se ata a mis pies, me tropiezo con botellas y el vidrio corta mis sueños.
Mis sueños se quedan en palabras solitarias, en ideas al final del túnel, en cenizas que esfumo sobre el mar porque no las sé honrar.
Las promesas a mí misma nunca fueron ciertas, no soy honesta, no puedo cambiar.
Vuelve a ser mayo y las navajas se quedaron sin filo. Me pregunto qué sentido tiene escribir si mis ideas se retuercen más que mi cabeza y lo único que me queda es la luna a través de mi ventana.
Tal vez hoy ella quiera escuchar mis palabras.
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