He venido a quemarme con las letras. He de suponer, estimado lector, que de seguro tú también buscas acercarte tal como una polilla a la pequeña llama de la vela. Una pira funeraria.
¿Y qué gano yo con esto? El hecho de caer no me pareció importante, sino el fuego con el que contagio esta entrada:
¿Por qué escribes?
¿Es que le tienes miedo a vivir que prefieres describir como mero observador?
¿Quieres mentirte y a la vez ser honesto como un acto de vanidad?
¿O es que no puedes dejar de pensar que tus letras tienen valor?
¿Que siempre tienes algo que decir?
¿Qué te hace pensar que, si no te escuchan, te leerán?
Esa vulnerabilidad que utilizas como escudo no es más que un intento desesperado de atención. No buscas compartir, buscas adularte. ¿Estás seguro de que no lo haces por amor?
Que la muerte deje de susurrar cuando leas y que el alba acune tu despertar: es hora de escribir por hacerlo y nada más.
Lux.
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