Volver al pasado con conciencia

Admito que si existiera un botón donde diga "recuerdos", y este me prometa que al presionarlo me va a llevar a momentos memorables, lo presionaria varias veces por semana, quizás incluso un par de veces al día.

 Esto con el propósito de dar un paseo de vez en cuando por esos fragmentos de tiempo donde mi risa resonó, donde mi corazón palpitó con ganas, donde perseguía un anhelo, donde me dieron aquel abrazo, cuando sentí miedo por primera vez o donde la tristeza de una despedida dejó mi corazón conmovido. 

Justo ahí quisiera volver de vez en cuando, volver a recordar lo que me hizo sentir vivo. Porque mi amor, mi simpatía, mi anhelo y mi empatía nacieron de lo que siempre fui.

El pasado puede ser motivo de desaliento o de gran impulso, depende de nosotros convertirlo en nuestro testimonio o dejar que este se convirtia en un grillete que nos arrastre.

No culpo al pasado de nada, porque ya ese no vive conmigo en el presente. Lo recordaría de vez en cuando solo por los momentos que me hacen valorar el hoy, pero no me aferraria a él; ya que justo aqui estamos mi ahora y la esperanza de un futuro, el pasado solo quedó en una valija. 

Valija que solo reviso, y permito que me deje ver lo que hay dentro, cuando estoy dispuesto a aprender de mi existencia, no a culpar a mi viejo yo sin experiencia ni conocimiento. 

Procuro recordar en silencio, buscando sabiduría del yo que fuí, de aquello que me hizo suspirar, o de eso que me hace valorar la mañana que me recibe cada día.

 Presionaría el botón incontables veces cada que me sienta perdido. Buscaría respuestas en mi introspección, tratando de encontrar claridad. Porque si hay una cosa que mi mente ha olvidado, mi corazón no lo ha hecho; a mi mente se le escapan los recuerdos, pero mi corazón nunca olvida.

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Puedes visitar tu pasado, es válido. A veces necesitamos ver hacia atrás para darnos cuenta de lo mucho que tenemos que valorar nuestro presente y de la fé que le tenemos que tener a nuestro futuro.

No permitas que un mal recuerdo del ayer te diga quién eres ahora, aprende de él, más no te aferres.

Recueda que en Isaías tenemos una orden y una promesa con respecto a nuestro pasado, presente y futuro:

-- Isaias 43:18: No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

-- Isaias 43:19: He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.