Te extraño. Me doy cuenta porque cada vez que pienso en algo oscuro uso tu recuerdo para iluminarlo. Te extraño porque siempre que empiezo a sospechar que la vida es una farsa recuerdo que alguna vez vos viviste e hiciste de eso algo enserio.
Te extraño cuando extraño mucho a alguien porque se siente parecido a extrañarte en vida. Cada vez que digo te quiero porque te lo quiero estar diciendo a vos. Cada vez que miro fijo a unos ojos porque quiero que sean los tuyos.
Cuando el mate está amargo lo estarías escupiendo para que amanse. Y cuando el arroz tiene ajo y huevo lo podrías haber puesto vos.
Te recuerdo en la tintura de pelo y en los ruleros, en las manos venosas, la piel fina y en las cremas herbales. Te recuerdo en el café dulce también.
Buenos Aires tiene tu aroma y sus cafeterías tus sabores. Los ángeles ahora usan máscaras con tu rostro y yo camino en nombre de tu recuerdo.
Qué gracia tiene haber vivido tan poco tiempo a tu lado y recordarte más de lo que te tuve. Y es que cuando estábamos cerca el tiempo no se medía por segundos ni por horas;
Y si te digo que no te evoco todos los días no sabría decirte si miento porque perdí el hilo como siempre lo hago. A Veces creo haber perdido el nuestro incluso, pero aparece, lo encuentro, y entonces te sé presente, sintiendo que tirás del otro extremo para saludarme una vez más.
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