Dolor decepción

Nadie tiene derecho a sacarte de tu vida con violencia. Arrancarte de la existencia como si fueras una nada, que no puedas ir a buscar tus cosas por terror.

Que no puedas despedirte de un hogar porque un día es tuyo y al otro te dicen que ya no vayas más.

Tu vida, tus libros, tus cosas.. claro si... que importan las cosas.. importan los momentos.. importan las personas y si algo se termina siempre defiendan el hecho de que nadie les quite el derecho de terminar con concienciq y dignidad.

Eso se pierde cuando te rompen tanto la cabeza que ya no tenés conciencia y no te podés relacionar con nadie y no hay nada más aterrador que vivir con eso todos los días y no poder hacer nada para remediarlo. No hay nada más aterrador que no tener la dirección de tu vida y haber perdido todo. Solo queres qur terminen los días y nunca vuelvan a aparecer. Repasás toda vez reaccionaste que caiste en trampas que no podías defender nada y estabas roto y nadie lo sabía y te seguían rompiendo y lo escondías (ahí es cuando te iban alejando de tu propia vida. Mientras vos yratabas de entender y hacer lo mejor te llnaban el camino de trampas y ponían una linterna en la cara. Recuerdo cada acciín reacción podría describirlas todas. Nunca pensé que alguien tan cercano me iba a hacer reaccionar y mostrarlo como propio en una situación de extremo control y vulnerabilidad dónde estaba desesperada poe comunicarme y con el diario del lunes siempre hacía la misma firna de comjkicación movida por necesidad obsesiva de comunicación que había generado tanto mareo luz de gas desapariciones con la reacción. Tan humillada traiionada. Tomada oir tonta y utilizada. Tanta es la pérdida de la vida.. cómo me cagaste eh.. Claramente de segunda o así me siento para tu persona) El tormento de la pérdida de la vida jamás termina.

Se siente como estar en medio del mar y que te muestren una porción de tierra y te esforzás por nadar y nadar en esa dirección y cuando llegás desaparece. Entonces nadás para el otro lado, porque viste otra, y cuando llegás... también era un espejismo hasta que los brazos no te dan más y todo se vuelve poco claro.