VII
Dec 7, 2025
Algo se desgarra en mí cada vez que eliges desaparecer.
Es un ruido húmedo, como si mi sombra se partiera en dos
y yo tuviera que seguir viviendo dentro del fragmento muerto.
He dejado mi alma en los umbrales donde te espero.
La he visto arrastrarse, abrirse, sangrar
para que entiendas el deseo feroz
de que tus ojos me nombren siquiera un instante.
Mis ganas se han convertido en un cuerpo sin luz.
Soy una casa abandonada donde solo habita el polvo,
y no porque no quiera que te quedes,
sino porque empiezo a aceptar
que tal vez soy la grieta que quiebra tus paredes.
Otra vez soy yo,
la figura inmóvil en el rincón más oscuro,
observando cómo avanzas sin mirar atrás,
mientras mis pensamientos se muerden entre sí
como animales acorralados.
Inventando respuestas
para preguntas que jamás dijiste.
Hoy la lengua se me rompió.
Las palabras se pudrieron antes de nacer.
Ya no tengo voz para decirte que valgo algo,
porque ¿cómo creerlo
si mi pecho es un espacio vacío donde rebota tu ausencia?
He perdido mi valor.
Quizá desde el principio todo fue mi culpa.
La culpabilidad es la herencia que cargo adentro,
un monstruo que respira bajo mi piel
y me recuerda que mi amor es un error.
Un corazón ruín, sí,
que supo amar, pero nunca supo no destruirse.
Esto no tiene origen ni destino.
Nunca pedí que fuera así.
Es un laberinto sin puertas.
Camino descalza sobre mis ruinas
intentando darle paz
a un corazón que late como si fuera apagarse.
Solo deseo que me mires, que me ames,
aunque sea como se ama lo que está a punto de desaparecer.
¿Es egoísmo pedir que me sostengas?
¿Es prohibido suplicar por un respiro de tu luz?
¿O es que el amor que te tengo
ya no distingue entre devoción y condena?
No lo sé.
Pero quiero recoger lo poco que queda de mí,
esas piezas que tiemblan como presas heridas,
y reconstruir un rostro que no se derrumbe.
Aun así, en lo más oscuro de mí,
sigo deseando que elijas quedarte.
Porque sí, quiero ser feliz.
Pero la felicidad se esconde en tu sombra,
y a veces pienso
que solo podría alcanzarla si me siento a tu lado,
silenciosa,
y dejo que tu presencia apague los fantasmas
que yo misma alimenté.
Porque la felicidad ha pronunciado tu nombre.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
-reduced-q6kaiC.jpeg)
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión