El amor es una religión pérdida,
aquella que ni siquiera Dios se atreve
a tocar con el manto de sus palabras.
Un sentimiento sincero que nos obliga
a rendirnos frente a la persona que
queremos.
Una capital pérdida de personas
incomprendidas.
Tu amor llenaba mis fosas nasales,
aspirando el aire que llevaba a mis
pulmones para sobrevivir lo suficiente en
este cruel mundo de mentiras.
Ahora que no te tengo,
perdí todo aquello que me llenaba de vida.
Cada persona que encuentro me hace
sentir vacía.
El amor es el refugio de un hombre sin vida.
Una capital pérdida de personas cuyo
corazón fue vaciado del elixir fundamental
para esta vida.
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