te encontré a principios de junio, con el sol recostado sobre tu cabellera, iluminando ojitos de espiga dorada
supe entonces que fuiste, sos y serás de mí
siempre, cuando dejás caer besos en el alba de mi espalda que se derrite con el clima cálido de tus palmas abiertas, moldeando a tu medida mi materia
cuando tarareas notas rítmicas que no son sino el aire etéreo derramado tórrido sobre el arco de mi boca y entibian mis pulmones en cada: me gusta cuando me tocas
sé que sos cuando tu enigmática trilogía me complementa, cuerpo_alma_mente, la pieza perfecta,
con el corazón tan inmenso que el azul astral se vuelve minúsculo, mi génesis predilecto, mi leal compañero
sé que sos cuando mis dedos se extravían en tu vientre y te siento el alma atada a la mía, casita compartida donde nuestros sueños se imbrican
sé que sos cuando homenajear al amor se vuelve cosa de cada día, en mi afán de amante loco compulsivo, como alguna vez anticipé,
estoy amándote tan fuerte, mi niño, que necesito digas que sos mío aunque ya lo sé al derecho y al revés
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