De nuevo el número 21 rodea mi día, mi año. Y la nostalgia del pasado se enreda en mis dedos, el tiempo pasa y cuando vuelva a abrir los ojos, será de nuevo 21, me preguntó si lo recordaré de la misma forma para Junio o sí lo haré hasta Diciembre, en los villancicos y aniversarios. O sí quizá vuelva este recuerdo en un año, no lo sé. Pero es curioso que hasta en sueños hablemos de un desacuerdo, de una confusión de fechas. Tú dices que los 22 son inolvidables y para mí los 21 son especiales.
¿Es cierto que las mejores palabras de amor, están entre dos personas que no se dicen nada?
Sí es así, tendríamos un lenguaje subersivo e imaginario en el cual no se necesita nada más que una fe racional, creando un diccionario de palabras que se han quedado entre nosotros sin la necesidad de estar. Pues somos silencio, distancia, espacio y muerte. Un íntimo ruido que nos acompaña en ese vacío, en la noche silenciosa y en los días simples. Somos lo que no se dice y lo que se esconde. Lo que no puede ser y lo que ya ha sido. La lentitud de la marea y el espacio infinito de la existencia.
En un vaivén de estaciones del metro y viajes largos para encontrarnos, nos hemos cruzado sin habernos visto, será el destino o son nuestras propias decisiones, los porqués son innecesarios en este desencuentro y las coincidencias se burlan de nosotros. Pero no en mis noches a solas, no cuando cierro los ojos y caigo dormida: Tuvimos una cita, la idea era encantadora, iríamos por un helado y andaríamos en bicis por todo un lago para terminar en una tienda de vinilos que yo ví en Copilco, dónde la cara de Cerati en una portada me veía y un álbum de Deftones se traslucia detrás de la vitrina. Estábamos ya dentro del local, navegando por todos los discos gigantes y lo encontramos, realizamos la compra ansiosos por estrenar el tocadiscos. Preguntaste si podias quedarte, yo dije que sí y fue cuando la escena cambio a un cuarto inundado de música analógica, dónde el silencio entre nosotros se encontró. Para solo vernos, porque sí. Las mejores palabras de amor están entre dos personas que no se dicen nada.

Karla Herrera
Me gusta navegar en mis emociones a través de las palabras, escribo por qué vivo y no hay nada que disfrute más que capturar todo en letras.
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