No entiendo la angustia que invade mi pecho cada vez que estoy sola, ni el vacío que siento al menos una vez por día. No entiendo porque estando rodeada de tanta gente, mi alma insiste en sentirse sola.
Ya no creo en la felicidad eterna, pues esta solo está presente de a ratos en mi vida y el resto de tiempo la tristeza me llena.
Es raro y no puedo explicarlo. Porque, aunque estudie, trabaje, salga y haga mi vida con normalidad, nada se siente suficiente, como si mi corazón quisiera más de aquello que todavía no conocí.
A veces creo que mi vida va siempre será así, sin sanar, sin felicidad. Sino repleta de vacíos que por más que intente, serán incapaces de llenarse.
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