Y si tal vez mi cuerpo es un templo con las luces apagadas,es porque hace tiempo nadie entró sin hacer ruido,sin romper algo.
Me he sentido como casa vacía después de una fiesta: usada, con huellas por todos lados,pero sin nadie que se quede a limpiar el alma que dejaron sucia.
Yo no quiero que me amen solo cuando me desvisto,quiero que me deseen incluso cuando estoy hecha pedazos,cuando no sé ni cómo quererme.
Quiero sentirme querida en lo usado,como flor marchita que aún es guardada en un libro porque alguien supo ver belleza incluso en su desgaste.
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