Me acostumbré a dormir con hombres aleatorios. Ni siquiera puedo decir si lo hago por miedo a estar solo o por la mera necesidad de tener un techo y una cama caliente en la noche. A veces me ofrezco de oyente, otras más soy un pedazo de carne al que pueden mordisquear; está bien, a primera hora de la mañana me limpio los restos de su deseo y finjo que no ocurrió nada. Hace mucho dejó de importarme la acumulación de impurezas en mi cuerpo.
Jing'an se convirtió en mi zona favorita para pasar el rato, juego mahjong con los tíos y casi siempre hago trampa para llevarme unos cuantos yuanes sin que se den cuenta. Quizá hoy acepte la invitación de uno de ellos y, con suerte, pille otra cama.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión