Una tarde de yeta en Flores

Era un dia que prometía mucho pero, no tenía nada para mi. Salí con la mejor de las ganas a comerme el mundo, optimista, pensando en un nuevo comienzo. Caminando las calles de flores, el vapor del asfalto me cocinó vivo, la gente me aturdía y las miradas e intenciones de las personas de interactuar conmigo me generaban un rechazo profundo, la mala predisposición y el desprecio de la gente era un poco de sal en la herida. Aún asi, sabia que nada podía lastimarme, no se puede romper lo que ya está roto.

Habían pasado mas de cuatro horas y no había hecho una moneda, mis bolsillos vacíos, y el condimento de haber caminado bastante, como cualquier vendedor ambulante, y cargar con exactamente el mismo peso con el que arranqué, y cuando creí que la situacion no podría empeorar, una lluvia torrencial.

Me refugié en un quiosco con techo que prometía contener la bronca, al menos por un rato. Me prendí un pucho y un grupo de borrachines locales se compadecieron del vendedor que buscaba refugio del agua, se sentaron a chamuyar conmigo y antes de irse me dejaron una cerveza fría.

Me prendi otro cigarro, abri la birra y me puse los auriculares mientras hacía tiempo a que la lluvia se detenga, sabiendo que el aguacero era peor minuto a minuto. Mi playlist cajetero parecía ser ideal para la escena, y algo dentro mío sabía que iba a terminar hundido en los pensamientos que intente evitar ese día, todo salía mal, y cuando la desesperación aparece aveces la mejor opción es dejarla ser.

Y finalmente pasó, una canción de Linyeras Cru que me interpeló, que me terminó de desanimar:

"Si somos uno, porqué seguis tan altanera, porqué te sentis tan alta ñera?

perdón si te pensé para curarme en todo lo que hiera, es que mas de una vez te imaginé vestida de enfermera

y en bucaneras, hay una tuca que te espera para cuando quieras acordarte que estoy vivo

diste tantas vueltas, que ya cambié como diez veces el estribo

todavía no se porqué doy lo que no recibo"

Descubrí que lo que esta roto ya esta roto, pero los pedazos pueden volverse "pedacitos", y que hasta morir, se puede seguir sangrando.

La cerveza se terminó, igual que la lluvia, igual que mis ganas de seguir caminando, y de comerme el mundo.