La jovencita se queda detenida, rígida, incómoda, siente la mano del hombre en la espalda moviéndose suavemente, no le hace nada, no baja demasiado, parece un gesto casi casual, pero ella lo siente vejatorio. No puede decir nada a nadie porque no se anima. Él mientras conversa con un colega que está un poco más alejado, quien ve ésta situación pero casi no la registra, probablemente porque él mismo la ha repetido en varias ocasiones con diferentes partenaires, ambos discuten concentrados en el tema que los convoca, la jovencita n o escucha, percibe el sonido como un ruido que le llega, no puede concentrarse.
La otra joven al ver que aún estirando ostentosamente la mano no le son entregados los papeles, los toma de la mano de la jovencita, quién recién ahí hace contacto visual y se disculpa diciendo “ah”.
La mujer mayor detrás del escritorio principal sigue escribiendo y tildando planillas, presencia toda la escena en un golpe de vista pero vuelve a enfocarse en su tarea ya que debe entregar algo en horario y desea irse, como todos los días.

Patricia B. Andres
Soy chinchuda, negativista, veo el lado negativo de lo que se te ocurra, no creo en casi nada. Ecléctica (o quizá sólo tengo mal gusto).
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