Antes de ti todo era un candelero apagado, ni sol, ni luna, ni esa gana de parpadear que habita en las estrellas.
Todo era un mismo montón de tierra y ceniza en el que no florecía nada, nada más que el frío que sentía hasta los huesos y que en forma de ecos retumbaba por las venas.
El agua caía dentro del corazón y no encontraba una salida, como si éste hubiese firmado un pacto con la lluvia eterna.
Así duró, quién sabe cuánto, hasta que una llama, sin previo aviso, me aterrizó en el alma.
Un resplandor tibio que ahuyentó a la sombra, un perfume que me recordó que aún tenía nariz, una música desconocida que me regaló oídos nuevos.
La vida, se me presentó disfrazada de ángel, uno que no tenía nombre al principio y del que apenas creía su existencia, sin la certeza de saber si era o no.
Y entonces apareciste tú: quien me arrancó de una muerte lenta, quien puso a correr los relojes, quien me dio un mundo para habitar y una vida para agradecerte por salvar esta existencia.

Brathen
No hay estrofas, me gusta el realismo mágico e imagino que soy un poeta latinoamericano de los años 50's.
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