I
El llamado fue sincero y directo.
Lo esperábamos, más temprano que tarde.
¿Pero tendría que ser justo ese día?
Nunca es un buen día para partir…
lo sé.
Aquella mañana de verano
que no era tan cálida como se esperaba.
Nos corrió un frío por la espalda.
En pocas horas todos estarían festejando.
Nosotros no.
Nosotros nos hundiríamos en dolor.
En ese dolor que uno siente
cuando le arrebatan algo.
Cuando se lo extirpan de cuajo.
Y entre tanto dolor y niebla mental,
aparece el papelerío.
La burocracia y el negocio con el dolor
son los verdaderos crímenes de lesa humanidad.
El vil metal que circula de mano en mano,
los números en un escritorio,
y un muestrario de productos ofrecidos
para el último cara a cara,
y uno que siempre elige el más caro
como último regalo
y para no quedar debiendo nada
a alguien que
tampoco va a venir a cobrarnos.
Las velas que se apagan,
la tapa que se cierra,
y el cuerpo que parte…
Entre tanto,
la monotonía dejaba de ser monótona.
La vida empezaba a cambiar.
Y yo empezaba a madurar,
a ejercer de adulto (que ya lo era).
El giro fue inevitable.
Como siempre, uno aprende a sobrellevar ciertos dolores.
Nunca se curan,
el tiempo no cura nada.
Las cosas se acomodan,
a veces mal,
pero se acomodan al fin.
Sí, se había ido,
pero en sueños me suspiró
que se encontraba bien
allí donde ahora estaba.
Y yo le creí,
¿por qué no iba a hacerlo?
Ese día,
comenzó una nueva etapa
que aún continúa.
NIKKEL

Nikkel
Hola a todos! Soy Nikkel, músico e intento de escritor. Estoy acá para leerlos y compartir con ustedes un poquito de lo que escribo. Tengan todos un gran día 😁
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