Una mente sangrante

En un momento de paz,

Mi mente y yo

Comenzamos a hablar.

Las nubes de problemas nublan el cielo, los rayos de dolores iluminan la habitación, la lluvia de lagrimas amenaza con caer, nos sentamos de frente y comienza la guerra a muerte. Porque no nos agradamos, Ella tan sentida y yo que la ignoro tanto, la música es mi arma, los recuerdos son la suya y solo busco callarla, desarmarla en un momento y terminar el duelo.

Pero ella se adelanta, toma su arma y como puñal me ataca sin piedad.

La herida comienza a sangrar y la observo victoriosa como me llena de recuerdos, de pensamientos y los truenos de palabras invaden mis oídos sin parar de sonar, esos que aturden mi cabeza y me dejan sin aliento. 

La herida sangrante deja finalmente vacías mis venas y mi cuerpo cae al suelo, perdiendo una vez más esta pelea llamada sobrepensar.