Me muestro muy vulnerable acá. Es que no sé. Hay algo de mi que necesita escribir superar algo, aunque todo sea mentira.
Abrazar un hombre vulnerable. Tu hermano, tu amigo, tu novio. Lo detesto pero aquí estamos tratando de enfrentar esas emociones que no nos gustan y que la vida, por lo menos por un rato, sea más soportable.
Voy a decir cosas terribles. Siento una admiración al método de máquinas que transforman el mundo con el que los hombres fueron educados. Malditos suertudos, que no están educados para cambiar los pañales, con esa disposición de abrir el alma y disponer su amor, tiempo y energía a quién los mire bonito.
Ya de adolescente quería ser uno de ellos. A su vez pensar en ellos me hacía pensar en un personal de medicina familiar que aprovechaba para tocar mi cuerpo cuando me daba inyecciones. Eso hizo que me haga uno de mis primeros controles ginecologicos muy de grande sabiendo que podía estar muriendo, pero tuve "suerte", se podría decir.
En fin, me vestia de azul y negro. Me corté la pera tratando de pasarme la máquina por la cara como mi viejo (recuerdo con ternura cómo me retaron). De chica me gustaba mi mejor amiga. Ella jugaba al futbol y hacíamos atletismo juntas. Me anoté en handball para pasar más tiempo juntas. Me gustaba hacer cosas de chicos con ella. Usar remeras largas y camisas del colegio grande que oculten mi torso. Estuve muchísimo tiempo negada a usar sostén hasta que lo hice por miradas muy incómodas de mis compañeros y presión social. Feliz de ser millenial. Quizás si hoy tuviese diez años estaría pidiendo hormonas y que me amputen el cuerpo como Jacobo.
Pero no se se trata de eso, se trata del poder. Se trata de construir el mundo y no ser un trapo dispuesto al otro y sentirte inconcientemente bien desnudando el alma ni haciendo de psicóloga del hombre duro, que tuvo una infancia dificil, que es tu mejor amigo (o vos querés eso, estar a la par, ser camaradas), cuando te está destruyendo y manipulando. Por lo menos al principio, cuando te das cuenta que "algo anda mal" pero no podés definirlo. Que abras tu alma, adaptes tu caracter y que él se aproveche de tus emociones y de poder para manipularte brutal y concientemente de lo que hacía. Nunca me sentí tan vencida, tan la peor feminista del mundo cada vez que recuerdo cómo ese pusilánime abusaba de mi empatía emocional mostrando sensibilidad e incomodidad ante cada propuesta de conversación, me mentía por la cara diciendo palabras ambiguas que yo completaba con mi estúpido amor. Veía su cola de rata dar vuelta la esquina después de cada oficina con tal de hablar cosas que ni siquiera podía definir con claridad, pero afectaban. Era abuso y manipulación. Y cuando traté de defenderme la luz de gas constante y las montañas rudas emocionales habían destrozado tanto mi cerebro y regulación emocional. Y el lo hacía todo desde el poder y poniendo en riesgo el pan en mi mesa. Traidor pusilánime.
Y ahora escribir esto me centra y me hace sentir bien, pero sé que dura un rato, la destrucción de mi vida no se va. Las consecuencias y ansiedad generalizada tampoco. El cruel maltrato vivido que acabó con mi vida mucho menos. Trato de, por lo menos, dejar escrito algo que tenga que ver con superación. Igual nunca me sentí más inutil y una feminista de mierda.

Notas erráticas que intentan dar cuenta
No cualquier vida, yo quería la mía. Las palabras cuando no hay salida, ni las palabras. No puedo más con tanto dolor ni deshumanización.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión