Cada día se iba perdiendo un trocito de mi felicidad, de mi paz, de mi inocencia.
Trocito a trocito cada pedacito se empezó a volver triste, amargo, oscuro y con una soledad inexplicable.
Y todos esos trocitos juntos empezaron a pesar, a lastimar y doler. Un dolor que se escondía entre risas y bailes locos que hacían que por un momento pareciera que el mundo paraba y me acompañaba en mi soledad, en mi dolor, en mi tristeza.
Trocito a trocito me fueron hundiendo. Hoy estoy en un pozo hecho de trocitos, y por más que intente juntar todos los trocitos y salir no puedo porque pesan mucho y me hunden más.
Gracias por transformar mis trocitos de amor a trocitos que lastiman y de mucho dolor.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión