Las nubes altas, nubes pomposas, de algodón terrestre
cruzan los cielos en los que un día alcé mis manos.
Una sinfonía: la op.69. Cómo alcanzar la paz
suena serena y leve, suena como crece el tallo entre la tierra
entre los adoquines, entre las calles
silencioso, inocente, lento, sin temor alguno al grito.
Pero un ulular de palomas lo espanta
En ese ulular la vida se detiene,
como se detiene el rumor que sale de las casas
de las chimeneas encendidas.
Cómo alcancé la paz, me preguntaste.
Yo te dije que no la alcancé, solo la rocé con las manos
como se rozan nuestros labios al besarnos
Quieren decirlo todo, los labios, la boca, los dientes, la lengua.
Quiere decirlo todo esta cabeza que piensa en la sangre
que piensa en eso que se deshace en el vientre
Pues viene, viene sin que nosotros lo queramos.
Alcanzar la paz requiere toda nuestra atención:
La llama de una vela la alcanza, ahí está el fuego contenido
Las chimeneas también la alcanzan, todo el humo nace desde sus entrañas
Te reconoces en esa llama, en ese humo
Tarde o temprano, la falda te recogerás entre la hojarasca
los zapatos bailarán sobre ella
y el aire del otoño
te abrazará, te acunará y te repetirá y volverá a repetir
todo lo que no encontraste.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión