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Un paso a la vez

Jun 13, 2024

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Un paso a la vez
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Siempre he sido bastante dura conmigo misma. Siempre me exigí lo mejor, la perfección. Por supuesto que muchas veces no llegué a cumplir mis estándares. Y cuando los cumplía era algo que realmente no quería. Así que cualquiera fuera el resultado, siempre era frustración lo que sentía.

Hace dos meses volví a mi cuenta de Instagram y a publicar mis Newsletters de nuevo, luego de un tiempo de crisis, drama y victimismo. Hace 3 semanas volví a publicar consistentemente. Y me comprometí a publicar cada semana una entrada de QUITAR LA MALEZA. Y ya estos días se estaba sintiendo forzado, exigido, otra vez la presión por que sea excelente, porque “tiene que ser algo que destaque, que genere algo en el otro”. Esto de las redes y ver a otros como parece que se les da tan fácil es peligroso, porque uno inevitablemente, si no presta atención entra en el juego de la comparación.

Y luego pensé. ¿Por qué siempre la exigencia? ¿Por qué siempre tiene que ser algo “increíble”? ¿A dónde quiero llegar? Y claro, me di cuenta que estaba tratando de crecer mi cuenta con un posteo. Suena tan ridículo cuando lo leo escrito que hasta me da vergüenza dejar este párrafo. Finalmente, me di cuenta de que había vuelto a mí exigencia por hacer todo bien y perfecto, y jamás va a suceder. Y que aún si mis publicaciones las leyera una persona, es suficiente y está bien. Así es perfecto.

Me alegro de haber podido identificar esta parte mía, la exigente, porque al único camino que me estaba llevando era al autosaboteo y a volver a dejar todo. Dentro de unas semanas me habría tirado a llorar pensando “para qué voy a publicar si nadie lee, a nadie le interesa lo que tengo para decir”, cosa que no es cierto, pero mi ego con aires de grandeza y encima ansioso quiere todo para ayer.

Al fin y al cabo, es más fácil sabotearme y quedarme llorando, haciendo berrinche como buena Drama Queen, que hacer el trabajo, que exponerme, que crecer progresivamente. Y me pregunto ¿estaría realmente dispuesta a sostener una cuenta de miles de seguidores? ¿Puedo realmente sostenerla energéticamente?

Recién estoy volviendo a publicar y aun me cuesta encontrar el ritmo, me cuesta encontrar la forma que va conmigo, me cuesta comprometerme. ¿A qué quiero jugar con los grandes posteos? El primer paso es mantener la consistencia. Por supuesto que no me daría la energía para sostener algo más grande. Ni siquiera tengo terminado mi taller, ¿para qué quiero entonces tanta audiencia? Para simplemente alimentar a mi ego y su necesidad de ser importante.

No aprendemos a correr sin antes haber aprendido a caminar.

Y viendo hacia atrás esa siempre ha sido mi historia. Me he rendido sin siquiera haberlo intentado. He abandonado tras dar los primeros pasos porque no pude caminar el primer día.

Y esto solo me ha generado mucha frustración y desvalorización, porque me hice creer a mí misma de que no era buena haciendo lo que hacía. Y en realidad no le había dado ni chances al proceso, no había seguido intentando, no había seguido dando los pasos para poder caminar.

Es más fácil ser víctima y tirarme a llorar que hacerme cargo y hacer el trabajo.

Pero esta vez, ahora estando consciente de ello, no le voy a dar lugar a esa víctima a que tome el control y me robe mis sueños de nuevo. Y llegará el día en el que me diga “que bueno que seguiste intentando, que bueno que no te rendiste”.

Si, aunque esto hoy lo lea una sola persona está bien, y es perfecto, así como es.

Si lo estás leyendo, gracias.

Quiero rendirme a lo que es, soltar la exigencia, la ilusión de lo perfecto y disfrutar. Que al fin y al cabo es lo que quiero, hacer lo que hago desde el placer y el disfrute, amar cada día lo que hago y no que sea una carga, un algo más con lo que cumplir.

Quiero disfrutar del camino, del día a día, de los detalles, de lo importante. Dejar de correr a un lugar que no existe, porque no se como se va a ver el futuro. Dejar de soñar con un futuro que aún no llega y disfrutar de lo que sí tengo y está ahora.

Quiero aprender, dejarme aprender. Dejarme hacerlo mal las veces que sean necesarias para luego encontrar mi forma, lo que para mí se siente bien, lo que para mi funciona.

Y agradezco tener la escritura para poder verme cada día, porque de otra manera no lo habría notado. Es la única manera de ver realmente que es lo que estoy haciendo, pensando, sintiendo. Es la única manera que tengo de verme de verdad, con todas las cargas y empezar a soltarlas de a poco. Es la única manera que tengo de entenderme, de encontrar cuales son mis patrones de pensamiento, de actuar, y poder cambiarlos para que dejen de robarme los sueños.

Ahora se que tengo que caminar, caminar y caminar, antes de empezar a correr.

Un paso a la vez.

Anto Gómez | Open Heart

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