Un mes más.

...

Busca la sombra el perro, o no.

Este mes no es muy querido. Hace frío y son pocas las energías y poco lo que queda en la saca tras la cosa navideña y la cuesta que se le asume a enero.

Febrero, a pesar del catorce ese tan peliculero, tan... (habrá a quien le guste y lo use), incluso contando con lo del carnaval, en estas áridas castillas y donde no hay verano eterno, queda desdibujado y sin gracia en el calendario. Y encima tiene el lastre de aquello del día veintitrés.

Que parece que cuando llega enero lo que cuenta es que pase pronto y arranque marzo con sus marzadas. Con su día del padre, a veces su Semana Santa, y siempre el equinocio de la primavera.

¡Pobre Febrero!

Y no nos damos cuenta, pero todos los meses deberían ser, en algo, como este menospreciado segundón. Y es que son demasiado largos los demás, y, se hacen pesados.

Si todos tuvieran veintiocho, serían trece los meses de sueldo.

Lo del perro y la sombra... a últimos, que no a primeros.

Y conste que en mi pueblo, en ese final de mes, se celebra desde hace veinte años La Jornada De Cuevas Abiertas. Una ocasión siempre dichosa. El vino es lo que tiene.

En fin, vamos a la tarea:

Si los ricos fueran gente decente, no habría pobres.

Alícuota.

Si repartieran la Luna quienes son dueños de todo, no me tocaría ni un trozo, que ellos para sí la querrían como quisieran el sol y el agua y el viento y las nubes blancas.

Si repartieran el cielo, de ese azul, nada de nada, que sería para los mismos que hicieron suya la tierra, tierra que nunca trabajan.

Si repartieran estrellas, y mira que en el universo hay, si acaso la más pequeña, moribunda, la que a punto esté de apagarse, y ni esa, si de entre ellos, alguien la reclamase.

No, nada reparten.

Nada que no sea odio, miseria y derramamientos de sangre.

Y vio Dios que todo era bueno.

Y dijo: Te crees muy listo.

...tanto escribir y opinar en público....

Eso pensarán de mí quiénes no muestran sus cartas para nunca quedar mal.

Y es que tienen razón, porque (entré en modo sarcasmo irónico) no tenemos nada que ver con la política; no somos inmigrantes, no somos gitanos, no somos menas, no somos homosexuales, no somos parados, no somos pensionistas, no somos asalariados, no somos autónomos, no somos funcionarios, no somos enfermos, no somos estudiantes, no somos mujeres, no somos gente con movilidad reducida. No somos nada de todo eso, así que la política no nos afecta ni nos tiene que importar ni tenemos que mostrar lo que pensamos. Porque como no somos, hemos de no ser, y hemos de estar a bien con todo el mundo, por mucho que mucho de ese todo mundo, haga contra quienes sí son. Allá ellos.

En no siendo ¿Que nos importa a nos?

Calladitos, mucho más guapos.

La belleza del silente, del manso heredero de la Tierra. Así nos quieren desde los púlpitos y las tribunas. Sumisos y obedientes.

Motos y Broncanos que no falten para dividir a la gente.

Estúpidamente.