Un día juliano.

Suenan las campanas.

En el nombre del pobre, del famélico y del Pueblo oprimido; antes de comentar los abusos del Poder, reconozcamos que estamos hartos.

Yo confieso ante cualquiera que atienda y ante los pájaros del campo que estoy hasta los pedúnculos.

No es mi culpa.

Por eso grito y acuso al Sistema y a quienes lo promueven y lo defienden.

Lectura del impío relato de quienes no esperan.

Hermanos, hoy ya es el tiempo, pues el tiempo es siempre. No os dejéis avasallar más. No os sintáis culpables porque ellos lo digan. No os dejéis robar vuestro esfuerzo y el producto de vuestro trabajo. Nadie tiene derecho a amasar fortunas que condenan a uno solo a la misera. El mundo es de nadie y para nadie. Así, todos tenemos del mismo derecho sobre él. Derecho a saciar nuestra hambre con una fruta del árbol. A saciar nuestra sed con el agua del río.

Hermanos, los árboles son de la tierra, no del hombre, y son los árboles los que nos hacen su regalo, no los hombres que se han hecho sus dueños los que han de hacernos pagar por la fruta de sus ramas.

Hermanos, hoy ya es el tiempo de despertar y de romper las cadenas y el látigo.

Acción de gracias.

Gracias a la Tierra y al sol. Gracias a la lluvia. Gracias a los árboles, a los ríos, a la hierba y a cuantos seres pueblan los bosques, los valles y las montañas.

Tomad y comed.

Tomad y bebed.

Así fue en un principio, y así debería ser.

Maldigamos juntos a la agricultura y al daño que ha hecho a la Humanidad y al planeta entero.

Esclavitud, aniquilación, guerras.

Malditos sean por siempre aquellos que enterraron conscientemente la primera semilla.

Y ahora, recitemos las palabras:

Rico cabrón que estás en palacios, muy denostado sea a tu nombre. Venga a nosotros tu renta. Hágase la voluntad del Pueblo, así en el norte como en el sur, en el este como en el oeste. El pan no falte a nadie ningún día. Paguen su deuda los defraudadores, así como los que menos tenemos pagamos nuestros impuestos. Olvida nuestras tentaciones y júzguese con toda Justicia el mal del mundo.

Amén.

Podéis ir en paz.